
Nombres para el bebé
Nombres hebreos de niño y niña que te van a encantar
¿Vas a ser papá y estás pensando en el nombre ideal para el bebé? Seguro que esta selección de nombres hebreos para niño y niña puede ayudarte a decidir.
Lo sabemos: elegir el nombre para el bebé no es una tarea fácil. Además de existir infinidad de posibilidades, a esto hay que sumarle que no es una decisión para tomar a la ligera… ¡acompañará al niño toda su vida! Por eso, os vamos a ayudar con una selección de nombres hebreos para niño y niña.
Según algunas culturas, la letra inicial del nombre puede forjar los principales rasgos de la personalidad del niño. No suena igual un nombre que empieza por “R”, que otro que lleva la “L” como primera letra. Y, aunque parezca una tontería, podría ser una de las causas que hace que se desarrolle un carácter o temperamento diferente.
Sin embargo, aunque por supuesto esto no es determinante para definir la forma de ser de una persona, está claro que hay que tener en cuenta algunos factores a la hora de decantarse por una u otra opción.
Nos puede gustar un nombre raro o exótico, pero debemos pensar en que puede ser objeto de burlas si es demasiado difícil de pronunciar, por ejemplo. Y esto puede acabar afectando a la autoestima del pequeño. Por otra parte, la sonoridad que tiene junto al primer apellido es algo importante para considerar, de la misma forma que conocer el significado del nombre es un factor decisivo para muchos padres.
Pero, ante todo, no hemos venido a poner más presión de la que ya supone de por sí. Queremos ayudaros y esta vez os traemos una selección de diez nombres de niño y niña de origen hebreo que seguro que os van a enamorar.
Como el hebreo es el idioma de la religión judía, no es de extrañar que la mayoría de nombres hebreos se relacionen con el judaísmo o el cristianismo. Por ello, dado que se trata de una religión con muchos adeptos en Occidente, muchos de los nombres más utilizados provienen de este idioma.
Si estás en busca de nombres con mucha tradición, un nombre hebreo de niño o niña puede ser el indicado. Y es que, a pesar de tener miles de años, son perfectamente válidos en el siglo XXI. En esta lista algunos os sonarán y otros no los conoceréis… Sea como sea ¡tomad nota de vuestros preferidos!

Procede del término hebreo “Êthän” y tiene el significado de “perpetuo”, “constante”, “de larga vida”. Existe una corriente de pensamiento que afirma que en realidad el origen es vasco y proviene del verbo “izan”, que significa “ser”.
Su santoral se celebra el 8 de enero.

Significa “adorno de Dios” y, aunque es de origen hebreo, es también muy usado por los anglosajones. Su variante es “Adaiah” y lo suelen usar las mujeres, pero originariamente lo solían utilizar más los hombres.

Está compuesto por dos voces hebreas: raah (que significa “ver”) y ben (“hijo”). Simboliza la alegría y sorpresa por la llegada de un nuevo miembro a la familia y se traduciría como “¡mira, un hijo!”.
La tradición lo asocia con la frase pronunciada por Lía, mujer de Jacob, al alumbrar a su primer hijo “Raah-ben”. Aunque también existen otras versiones lo relacionan con el término “rival” (león o lobo). Su onomástica es el 8 de agosto.

Es uno de los nombres hebreos con significado más bonito. Formado por “noam” y el sufijo “i”, significa “mi dulzura” o “mi delicia”. En la Biblia, así era llamada la esposa de Elimelec y suegra de Ruth. Se asocia con las cualidades de “amable, dulce, exquisita, suprema".
Celebramos su onomástica el 4 de junio.

Viene de “ori-el”, es decir, “mi luz es Dios”. Es una variante de Uriel, nombre de un arcángel que aparece en los evangelios apócrifos.
Su santo se celebra el 23 de marzo.

En hebreo significa “princesa”. Aunque también podría tener origen persa y significar “rosa roja”.
Su onomástica se celebra el 19 de agosto.

Derivado de “ephrarahim”, que significa “muy fructífero”. Se llamó así el segundo hijo del patriarca biblíco José, jefe de la tribu hebrea a la que dio nombre.
Su santo se celebra el 9 de junio.

Formado por “migda” y “el” con el significado de “torre de Dios”. Aunque también se relaciona su procedencia con el lugar de origen de María de Magdala (María Magdalena), seguidora de Jesús, una de las más conocidas del Nuevo Testamento.
Su onomástica se celebra el 22 de julio.

Proviene de “yonnah” y se refiere a “paloma”. De esta forma era llamado uno de los profetas menores del Antiguo Testamento, probablemente por su papel como mensajero de Dios. Su historia cuenta que permaneció cautivo en el vientre de una ballena durante tres días por negarse a predicar la palabra de Dios en Nínive. Tras pedirle perdón, este hizo que la ballena lo escupiera y el profeta no volvió a desobedecerle.
Su santo es el 21 de septiembre.

Su origen es bíblico y quiere decir “la que juzga, aquella que tiene poder y capacidad de arbitrar”. Otra posibilidad es que sea un nombre irlandés y signifique “danesa, aquella que es de Dinamarca”.
Celebra su onomástica el 15 de agosto, aunque otros datos también apuntan al 25 de octubre.