Ser Padres

Dónde encontrar artículos de salud fiables en internet

No todo lo que se cuenta en la red sobre enfermedades de los niños es veraz, muchas veces se trata de publicidad encubierta. ¿Cómo saber si lo que leemos es fiable?

“No recuerdo cuando empecé a escuchar que el ibuprofeno podía ser malo para los niños, pero seguramente fue en el parque o esperando a la niña en la guardería. Al principio no hice mucho caso, pero volví a oírlo cien veces más”. Leticia recuerda qué le llevó a preocuparse cada vez que daba a sus hijos –de cuatro y dos añitos- ibuprofeno, como su pediatra siempre le había recomendado, si tenían fiebre alta y se encontraban mal, decaídos y tristones.

¿Cómo saber si una página web es fiable?

Una noche me metí en Google y puse las palabras mágicas: “ibuprofeno”, “peligro” y “niños”. Si hubiera hecho caso a las primeras páginas que vi, me habría sentido la peor madre del mundo”, comenta.

Finalmente, Leticia encontró páginas que confirmaron que su pediatra tenía razón, pero el asunto le llevó a preguntarse hasta qué punto podían los padres fiarse de internet, un recurso que cada vez se utiliza más. ¿Cómo saber si una página web es fiable? La autoría, la propia información, las acreditaciones y las advertencias son algunos de los puntos en los que los padres han de fijarse para dar pábulo a algo leído on line.

¿Quién lo escribe?

Quién está detrás de la página que se visita es el primer signo de confianza o desconfianza ante una información virtual. Así, organismos oficiales y sociedades médicas son fuentes de confianza, tanto si son españolas como de otro país. Por ejemplo, la mayoría de las páginas de los Institutos Nacionales de la Salud de EEUU tienen versión en Español de sus artículos divulgativos.

En España, el Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad cuenta con una sección, denominada Protección de la salud, que incluye información específica sobre infancia y adolescencia. En cuanto a sociedades científicas, en España habría que destacar la Asociación Española de Pediatría, aunque también existen buenos artículos divulgativos en otras sociedades, algo siempre que siempre garantiza la seriedad de las fuentes.

Una web de cualquiera de estos organismos y sociedad cumplirá ciertos requisitos: así, lo normal es que haya posibilidades de comunicarse con los autores o el webmaster, la persona que gestiona la página web. Si no hay forma de hacerlo, será un motivo de desconfianza. Por supuesto, los autores han de estar identificados, sino de forma específica en forma de consejo editorial. Y han de ser expertos en la materia sobre la que escriben o asesoran, por lo que es imprescindible que junto al nombre, figure el cargo o una breve reseña bibliográfica.

¿Es una página patrocinada?

Mantener una página web tiene un coste, aunque mínimo y muchas veces las webs tienen patrocinadores. Así, es un tema que el padre preocupado por su hijo debe estudiar. Por poner solo un ejemplo, si se encuentra información que hable mal de los medicamentos recetados por el pediatra y está patrocinada por una empresa de fármacos homeopáticos, el conflicto de interés es evidente y la fiabilidad de la información debe de ser puesta en duda inmediatamente.

¿La información es clara?

Por supuesto, los contenidos también son importantes. Aunque es difícil de identificar, si no se tiene un cierto conocimiento de base, qué información es o no exacta o veras, hay algunas características que lo pueden indicar.

Así, que la información incluya fuentes abundantes, en las que figuren revistas científicas nacionales e internacionales y que sea legible, es decir, que se entienda casi en una primera lectura, son puntos a favor de una determinada página web. También que los artículos estén actualizados y que incluyan la fecha de la última revisión. En medicina pediátrica, como en toda la ciencia, los avances son rápidos y la información médica requiere de una puesta al día constante.

Otro dato que ha de llamar la atención sobre los contenidos son las promesas. En medicina, los milagros no existen y cualquier página que evalúe un tratamiento como milagroso deberá ser asumida con escepticismo por los padres, por muy preocupados que estén por la enfermedad de sus hijos.

La prudencia debe imperar también en la información accesible a través de internet, por lo que una buena página aclarará siempre que la información no es sustitutiva de la visita al médico y que nunca debe de utilizarse para elegir un tratamiento por cuenta propia y sin aval profesional.

¿Nos pide nuestros datos?

Los datos personales son valiosos en la red y hay empresas que comercian con ellos. Bajo el supuesto cebo de dar información médica relevante o de ayudar a unos padres preocupados, una web puede solicitar sus datos personales, algo que no debe proporcionar y que debe alertar de que el sitio no es el lugar donde buscar información.

Una creencia que es importante desmontar es que, al utilizar un buscador para localizar información, las primeras páginas que sale no son las mejores ni las más fiables. Lo que utilizan los navegadores para posicionar las webs es el número de visitas y se puede incluso pagar para un mejor posicionamiento. Así, los consejos antes mencionados deben pesar más que la facilidad a la hora de encontrar una determinada web.

¿Tiene algún código de calidad?

Pero si hay algo que certifica de forma oficial que una página web con información sobre la salud de los más pequeños es fiable son los llamados códigos de calidad. Existen varios, algunos internacionales y otros que solo se utilizan en España. Entre los primeros, el más destacable es el HONcode, emitido por la Fundación Health on the Net. Con el eslogan “Información médica en la que confiar”, esta entidad da un código visible en muchas páginas web con artículos sobre dolencias pediátricas, como el blog El Médico de mi hij@, escrito por el pediatra Jesús Martínez, colaborador de Ser Padres.

También los códigos WMC (siglas correspondientes a Web Médicas de Calidad), WMA (Web Médicas Acreditadas) y WIS (Web de Interés Sanitario) son sinónimos de calidad y pueden dejar muy tranquilos a los padres visitantes.

Los expertos coinciden en que las precauciones y recelos no han de servir de obstáculo para consultar la red, en la que existe mucha información buena disponible. Eso sí, estar atento a los puntos descritos en este reportaje es lo más recomendable para que internet no saque ventaja del desconocimiento.

 

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