El sueño de Eva es "Vivir, vivir y ver y disfrutar y subir montañas y salir a correr..."
Para Eva lo más duro del proceso fue darse cuenta de que no tendría la posibilidad de ser madre. Pero eso no le detuvo. Diez años después sueña con ayudar a personas que, como ella, se sienten perdidos con esta enfermedad y como ella misma afirma está dispuesta "a comerse el mundo".