Compañeros de juegos, cómplice en el que siempre se puede confiar... Los niños toman a su padre como modelo. Construyen la confianza en sí mismos alrededor de la admiración que le profesan. No podemos defraudarles.
Hay que encontrar tiempo para estar con ellos. Aunque tengamos muchas obligaciones y estas sean muy absorbentes y agobiantes, estar presentes en la vida de los chicos es prioritario.
Querer a la madre
El buen trato entre los padres es indispensable porque muestra los sentimientos que existen entre ellos.
Dar ejemplo
Los padres son sus modelos, los chicos copian de ellos modos de ser, de afrontar y resolver, de relacionarse con las cosas, con los demás y consigo mismos.
Hay que estar siempre
Un padre tiene que poder ser amigo, compañero, protector, sabio... ¡y estar en todos lados!
Regalar alegría
Una infancia feliz es casi una garantía de una vida feliz, por lo menos favorece que en el futuro el niño tenga integridad emocional y buena salud mental.
Darles prioridad
Darles el primer lugar en nuestra vida nos hace a nosotros tan felices como a ellos.
Escuchar
Estar atentos a lo que dicen y no dicen y animarles a expresar lo que piensan y sienten es la forma de conocerles.
Educar con cariño
No les educamos «para que no molesten a los mayores», sino para que sean felices y cabales.
Contar cuentos
los cuentos no tienen solo un valor intelectual: la voz de papá les envuelve y les reconforta ahora igual que les arrullaban las nanas cuando eran bebés y les da ánimo para enfrentarse a los monstruos de la noche.
Estar en todas sus cosas
Sean serios o banales, como tienen importancia para el niño, también tienen que tenerla para papá.
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