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Oxímetro de pulso en el botiquín de casa: qué es, para qué sirve y cómo funciona

Un oxímetro de pulso ayuda a conocer, de forma cómoda y simple, la frecuencia cardíaca de una persona. Para utilizarlo, simplemente debemos colocarlo en el dedo índice, y ponerlo en funcionamiento.

Un oxímetro de pulso es un dispositivo tremendamente útil, que sirve para medir tanto la frecuencia cardíaca (mide la cantidad de veces por minuto que el corazón late o se contrae, y se convierte en un punto de referencia interesante para identificar una amplia variedad de problemas de salud) como los niveles de oxígeno.

Algunas personas lo están comprando en las farmacias con el fin de intentar descubrir si la capacidad respiratoria disminuye como consecuencia de alguna afección vírica, como por ejemplo podría ser el caso del COVID-19. Y en esta ocasión, además de descubrir qué es, en qué consiste y cómo funciona, queremos descubrir si verdaderamente sería útil en este sentido.

¿Qué es un oxímetro de pulso?

Un oxímetro de pulso es un dispositivo que mide el nivel de saturación de oxígeno, o los niveles de oxígeno presente en la sangre. Es especialmente útil a la hora de detectar rápidamente pequeños cambios en la eficacia con que se transporta el oxígeno a las extremidades más alejadas del corazón, incluyendo los brazos y las piernas.

Es decir, es de utilidad para verificar qué tan bien el corazón bombea el oxígeno a través del organismo. Y puede ser utilizado para controlar la salud en personas con cualquier tipo de enfermedad, condición o afección que pueda afectar los niveles de oxígeno en la sangre.

Básicamente consiste en un pequeño dispositivo, con forma de clip, que se adhiere a una parte del cuerpo, habitualmente los dedos de la mano o de los pies. Aunque se utiliza sobre todo en hospitales y en salas de emergencia, algunos médicos -como por ejemplo podría ser el caso de los neumólogos-, lo suelen usar también en la consulta. Además, también podemos comprar uno en la farmacia y usarlo fácilmente en casa.

¿Cómo funciona un oxímetro de pulso?

Su funcionamiento es sumamente sencillo y simple: basta con colocarlo en el dedo índice o medio. Aunque también puede colocarse en el dedo del pie o incluso en el lóbulo de la oreja.

Para que funcione, el oxímetro mide la diferencia existente en la absorción de luz de la luz roja e infrarroja entre sangre oxigenada y sangre desoxigenada. Así, luego, los resultados se proporcionan como un porcentaje.

Cuando la persona no presenta una dificultad respiratoria grave, se convierte en un dispositivo razonablemente preciso. De hecho, en niveles de saturación de oxígeno de 90 por ciento (o más), la precisión de un punto de un oxímetro de pulso es mayor que el 97 por ciento. No ocurre lo mismo, como veremos, cuando los niveles de saturación se sitúan por debajo del 90 por ciento de saturación.

¿Cuáles son las lecturas normales para un oxímetro de pulso?

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Cómo funciona un oxímetro de pulso

Las lecturas normales de saturación de oxígeno generalmente suelen oscilar entre el 95 y el 100 por ciento. Pero este nivel de referencia puede diferir ligeramente.

Así, se considera que una persona presenta hipoxia (o es hipóxica) si la lectura es inferior al 90 por ciento. Y se encuentra en un estado hipóxico grave si el nivel es del 85 por ciento, o inferior, durante un período mayor de dos minutos.

¿Podrían ayudar a identificar síntomas peligrosos de COVID-19?

Ya sea en un adulto o en un niño (independientemente de la edad que éste tenga), el coronavirus puede causar bajos niveles de oxígeno en el cuerpo o hipoxia. Y aunque en muchas ocasiones, la hipoxia suele ir acompañada de dificultad para respirar, los médicos se han percatado de algo alarmante: algunos pacientes enfermos con COVID-19 -la enfermedad causada por el nuevo coronavirus- no pueden ser conscientes de las dificultades respiratorias más alarmantes, de manera que cuando acuden al hospital la respiración se ha visto ya muy afectada.

Los médicos lo denominan con el nombre de “hipoxia silenciosa”, y ocurre cuando los pulmones no bombean la suficiente cantidad de oxígeno al torrente sanguíneo, pero no tiende a experimentar síntomas importantes -y relacionados-, como por ejemplo podría ser el caso de falta de aliento o dolor/presión en el pecho. Aunque se cree que no tenga consecuencias a largo plazo, en casos severos los órganos podrían fallar antes de que el paciente pueda recibir el tratamiento médico adecuado.

A pesar de que los oxímetros de pulso suelen ser razonablemente precisos siempre que la persona no tenga dificultad respiratoria grave, cuando los niveles de saturación de oxígeno se sitúan por debajo del 90 por ciento de saturación, el dispositivo puede sobreestimar la saturación de oxígeno real, haciendo que, en realidad, el nivel parezca mejor de lo que es.

Esta inexactitud podría brindar una falsa sensación de seguridad, sobre todo en aquellas personas que presentan alguna condición de salud subyacente, o tienen una edad más avanzada. Por otro lado, es necesario tener en cuenta que no rastrean de forma confiable el cambio de saturación que se produce a lo largo del tiempo. Y esta información sí lo necesitaría un paciente grave con COVID-19.

Además, la precisión puede verse afectada por diferentes factores, desde la temperatura de las manos a la técnica llevada a cabo por el usuario, pasando por la longitud de sus uñas o el uso -o no- de esmalte. De ahí que los especialistas duden que el oxímetro pueda ser del todo útil en este sentido.

Aún cuando los datos existentes actualmente sugieran que el uso de un oxímetro de pulso no ayuda mucho a la hora de prevenir o disminuir los malos resultados en pacientes graves con COVID-19, siempre puede ser de utilidad tener uno en casa.

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