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Frases cortas para niños: cómo trabajar el lenguaje

Propiciar la estimulación de la principal habilidad en el proceso de sociabilización de los peques es una tarea sencilla por la cantidad de ideas de fácil aplicación con las que puede llevarse a cabo, pero conviene seguir una serie de consejos que aumenten la eficacia de tu trabajo con ellos en este sentido.

El lenguaje es una herramienta fundamental en el proceso de socialización de un niño, un salto decisivo en su crecimiento personal en direcciones múltiples que no se produce de repente, sino que es un largo camino que se compone de muchos pasitos pequeños. En realidad, el aprendizaje del lenguaje es infinito, no hay edad para dejar de pulirlo, si bien es evidente que es en las etapas iniciales del aprendizaje cuando más evidentes son las mejoras. También es en este momento cuando más suele preocupar a los padres que sus hijos desarrollen el lenguaje verbal, faceta en la que su papel en casa es fundamental, también en los casos en los que sus hijos acudan a la escuela infantil. Las frases cortas y concisas son la mejor vía para potenciarlo, pero para aplicar la estrategia con éxito conviene aplicar algunos trucos y conocer también juegos que motiven a los peques a seguir mejorando el habla.

Es hacia los dos años cuando comienza el verdadero desarrollo del lenguaje verbal. En los meses previos ya habrán ido mejorando su capacidad para comunicarse mediante la señalización de objetos, las onomatopeyas y la asimilación de algunas palabras clave. Unos más y otros menos, y es que con el lenguaje, como tantas otras cosas en la vida, conviene no correr. Cada niño tiene su ritmo de aprendizaje y las circunstancias de cada familia también son distintas. Lo importante es estimular en la medida de lo posible el habla, sin agobios, con mucha paciencia y adaptando las exigencias a lo que el niño puede dar de sí en cada momento de su desarrollo.

Errores a evitar

Es fundamental durante todo este proceso que se intensifica a partir de los dos años de edad cumplir con una serie de pautas que no añadan dificultad a un aprendizaje que ya de por sí no es fácil ni rápido. Por ejemplo, no hay que interrumpirles ni anticipar las respuestas cuando un niño manifiesta su voluntad de hablar. Son dos de los errores más habituales que cometen los adultos, presas de la impaciencia. El otro gran error que se debe evitar es la del lenguaje infantilizado, que no hace más que complicar la comunicación con el niño. Cuanto más claro y nítido, adulto en definitiva, sean los conceptos que les transmiten, mucho mejor para su evolución.

Dicho esto, como hemos destacado al comienzo del texto, las frases cortas son la herramienta más efectiva para que el lenguaje verbal de un niño vaya acometiendo con éxito pasos hacia adelante. De hecho, comenzar por trabajar los conceptos escuetos es la fase inicial. Para ello, es muy efectiva en todo momento la reiteración: devolverle el mensaje siempre con un añadido sintáctico. Esto es, si el niño asimila al concepto “perro”, reforzarle su esfuerzo a la vez que añades un extra, como por ejemplo: “¡Sí! Es un perro blanco”.

Frases directas, claras y reiterativas

El trabajo del lenguaje, siempre a través de frases cortas, muy claras y con un componente reiterativo, se ve muy favorecido por la ayuda de la estimulación visual, de ahí que sean prácticamente inseparables en la etapa inicial del aprendizaje verbal. Para ello, nada como trabajar con el entorno del peque, tratando de que sea él quien conecte un estímulo visual con el lenguaje.

De este modo, objetos, dibujos o libros incluso -la colección de cuentos De la cuna a la luna de es un ejemplo fantástico-, son excelentes herramientas al servicio del lenguaje verbal porque con ellos se pueden trabajar distintas formas sintácticas que sean correctas para expresar lo mismo -”Tienes un pantalón rojo muy bonito”, “qué bonito es tu pantalón rojo”, por ejemplo-, se pueden comparar de tal forma que se amplíe el bagaje de conceptos del niño y, por supuesto, resulta mucho más fácil que el peque asimile todo el trabajo ya que el trabajo por asociación es muy efectivo. Esto se explica también, por ejemplo, a la hora de trabajar el vocabulario por temáticas -animales, alimentos, oficios, etc.-, una forma que permite a su vez múltiples actividades para desarrollar el lenguaje.

Junto con los estímulos visuales, los juegos son la otra gran herramienta para el desarrollo del lenguaje verbal porque tienen un carácter motivador en los niños que no pueden conseguir otras actividades. Para trabajar en la misma línea de las recomendaciones en las que hemos insistido en líneas anteriores existen recursos magníficos para casa. Un ejemplo es el juego de los Story Cubes -cubos con distintos pictogramas que unidos dan sentido a frases cortas distintas según las caras que salga al tirarlos- adaptados a la edad y al nivel de desarrollo del lenguaje del peque que vaya a jugar. Se pueden hacer caseros en casa de una forma muy sencilla, como puedes ver en Youtube.

Estructuras sencillas

En una segunda etapa de la evolución del aprendizaje verbal, las preguntas también son otra manera de potenciarlo. Siempre, de nuevo, con estructuras muy sencillas y fácilmente comprensibles para ellos, pero con un punto más complejo, algo que se puede conseguir asociando cualidades a los objetos -“¿Cuál es el círculo rojo?, ¿dónde está el elefante grande?”-. Otro pasito más consiste en añadir, por ejemplo, conceptos espacio temporales a través de los adverbios. Por ejemplo, al preguntarle qué hizo ayer, se le da el pie de la respuesta introduciendo de nuevo el concepto “ayer”. De nuevo, todo depende de lo que se quiera trabajar y de las circunstancias del niño.

De todos modos, aunque hay abundantes formas de exposición alrededor del niño en el hogar para estimular el desarrollo del lenguaje en casa, existe una amplia bibliografía de interés sobre la materia, tanto de artículos académicos como de trabajos de investigación que proponen actividades concretas de fácil aplicación en el hogar a los que merece la pena dediques unos minutos para trabajar más en profundidad en la materia.

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