Confirmado: no habrá 'baby-boom' tras el confinamiento
Más del 80% de las personas encuestadas en un estudio realizado por la Universidad de Florencia no planea concebir un hijo durante la crisis del COVID-19, lo que podría descartar un ‘baby-boom’ por confinamiento. Así son este y otros efectos que deja la pandemia en las relaciones de pareja.
El amor en tiempos del coronavirus es una tormenta eléctrica que revoluciona nuestras emociones, sensaciones y gran parte de nuestros planes. Casi sin previo aviso, nos hemos dado de bruces con una realidad más propia de la ficción: Estado de Alarma prorrogado cada quince días, colapso de los servicios sanitarios, confinamiento en nuestros hogares, cese de la vida de ocio, social e incluso económica, etc.
Esta circunstancia ha puesto a prueba nuestra capacidad de resistencia tanto a nivel personal como de equipo y, cuando se trata de parejas, las secuelas que esta situación puede dejar son imprevisibles. Porque en un primer momento, todos podríamos suponer (y, de hecho, supusimos) que estar encerrados en casa durante tanto tiempo podría propiciar una explosión de natalidad, un famoso 'baby-boom' como el que dejó la posguerra de la guerra civil española. Pero nada más lejos de la realidad, al menos según un estudio y las opiniones de diversos profesionales.
Descartado un ‘baby-boom’ tras el confinamiento
Un equipo de expertos bajo tutela de la Universidad de Florencia, en Italia, ha realizado 1.482 cuestionarios en línea para analizar los deseos de maternidad y paternidad durante la crisis sanitaria y económica que deja el coronavirus. Los resultados han sido publicados en el 'Journal of Psychosomatic Obstetrics and Gynecology' y muestran que el 81,9% (1.214 participantes) no tenían intención de concebir durante la pandemia.
Solo 268 encuestados planeaban tener un hijo antes de la pandemia y más de un tercio de ese número (el 37,3%) abandonó la idea. La investigación también analiza las razones que motivaron a las parejas a tomar esta decisión y destacan las futuras dificultades económicas (58%) y las consecuencias que el virus pudiera tener en el embarazo (58%).
Las entrevistas, realizadas en la tercera semana del encierro en Italia, unieron a un total de 944 mujeres (63,7%) y 538 hombres (36,3%) con edades entre 18-46 años, y en una relación heterosexual estable durante al menos doce meses. La autora del estudio, doctora Elisabetta Micelli, del Centro de Tecnologías de Reproducción Asistida, decreta que el bienestar mental durante el confinamiento tuvo un impacto en el deseo de tener un bebé.
"Nuestro objetivo era evaluar si las preocupaciones relacionadas con la pandemia están afectando el deseo de ser padres en parejas que ya estaban planeando tener un hijo o si la cuarentena fomenta el deseo reproductivo", afirma Micelli. Los resultados descartan la idea preconcebida del 'baby boom' tras la pandemia, porque las preocupaciones económicas y de salud han llevado a los que estaban interesados en ser futuros papás, a posponer la decisión.
Añade la doctora que es curioso que "aunque casi la mitad de las personas se refirieron a la no interrupción de su actividad laboral y a la no variación de los salarios, probablemente debido a la estrategia de adaptación del teletrabajo, más del 40% de los participantes informaron de una preocupante reducción de los beneficios mensuales". Esto refleja un claro temor ante inminentes y futuras inestabilidades económicas, así como la incertidumbre ante el futuro.
El coautor del estudio, el doctor Gianmartin Cito, en formación especializada en Urología en la Universidad de Florencia, agrega que "el miedo a las consecuencias sobre el embarazo, además del impacto económico en las familias, es probablemente la razón por la cual casi todo el grupo de parejas que inesperadamente comenzaron a expresar su deseo de ser padres durante la cuarentena no tradujeron este sueño en un intento concreto".
Es interesante también que de los 268 encuestados que sí planea concebir, el 60% ha continuado su búsqueda. Los expertos italianos argumentan esta decisión en base a que el miedo a la infertilidad futura es mayor al miedo a las consecuencias por la infección por coronavirus.
Así pues, todo parece indicar que no va a haber un 'boom' de nacimientos dentro de nueve meses ni una generación cuarentena. Aunque la enfermedad y el confinamiento han tenido un gran impacto en la concepción, el embarazoy el parto, no está claro si la COVID-19 influirá en las tasas de natalidad, lo que en el caso de influir, provocaría una disminución de la natalidad global.
¿Ha afectado la pandemia a la actividad sexual?
El estudio italiano, además de medir los deseos de natalidad, también analiza los niveles de actividad sexual de las personas consultadas. Dentro de ese grupo de 712 (66,3%) personas que no experimentaron deseo de ser padres antes, ni tampoco durante, no han notificado un cambio en las relaciones sexuales. Tampoco de diferencias significativas entre los géneros. En cuanto al 60% de las parejas que sí tenían en mente la procreación, la respuesta ante la reducción en el número de relaciones sexuales también es negativa.
Sin embargo, el terapeuta sexual David J. Ley, autor de diferentes ensayos sobre sexualidad opina que es muy probable que las relaciones sexuales hayan disminuido debido al confinamiento. En el artículo publicado la revista Psychology Today detalla que al contrario de lo que se pueda pensar, las catástrofes naturales, el confinamiento y las pandemias no incrementan las relaciones sexuales así como tampoco los deseos de maternidad y paternidad.
Ley informa que para la mayor parte de las personas, el estrés, la ansiedad, la depresión y la incertidumbre económica reducen la excitación sexual. Y es que esta situación llena de obstáculos el camino al sexo. "La gente está estresada, asustada, ansiosa y cerca del pánico. Estamos en casa, esperando que nuestros seres queridos no se enfermen, preocupados por nuestros trabajos, nuestra hipoteca, nuestros parientes mayores y nuestra seguridad personal”.
Esta incertidumbre material, asegura el terapeuta, hace descender la libido y las ganas de tener hijos. "Conforman una minoría las personas que experimentan un marcado aumento en la excitación sexual por ansiedad y trastornos emocionales" añade Ley.
El escenario que ha dejado la crisis pandémica ha resultado ser mucho más grave de lo que se creía al principio y las ganas tanto de ser padres como de mantener relaciones sexuales han ido mermando a medida que empeoraba la situación.
¿Se avecina una avalancha de separaciones?
Y ya no solo se trata de un descenso del deseo de ser madre y del apetito sexual, resulta que eso de convivir 24 horas al día, siete días a la semana en una rutina interminable y repleta de datos alarmantes parece que, más que propiciar un 'baby-boom', puede desembocar en un efecto completamente antagónico: el aumento de los divorcios.
David J. Ley también describe la dinámica de las casas de las familias con niños "ansiosos, aburridos, confundidos y desesperados por apoyo emocional". Eso, unido a que ahora nuestro lugar de trabajo es también el lugar de descanso, puede favorecer la aparición de los conflictos.
Los datos que llegan de China secundan esta tendencia y nos preparan para un incremento en el número de divorcios como resultados del confinamiento con los cónyuges durante tanto tiempo en esta situación tan adversa. Y es que en el país de origen del coronavirus, los registros civiles de los distritos abrieron el 1 de marzo, desde entonces, es destacable el aumento inusual de los divorcios, que alcanzan diariamente el tope diario de 14 peticiones.
Además, diversos medios como La Vanguardia, notificaron hace unas semanas un aumento del 30% en las terapias de pareja en España. Las razones que pueden llevar a la aparición de desacuerdos entre los miembros del hogar son las mismas preocupaciones que hemos visto antes que asolan a las personas durante la crisis: los problemas económicos, la aparición de enfermedades como la ansiedad, consecuencia del miedo al COVID-19, el pasar tanto rato juntos y la ausencia de espacio personal, y la reducción de las actividades sociales, además, el nuevo estrés hace aflorar los problemas que las parejas ya iban arrastrando…
En definitiva, las consecuencias de esta crisis sanitaria son innumerables y habrá que esperar aún unos meses para observar todas ellas, pero igual que las peores tormentas, esto pasará, saldrá el sol y las ganas de ser mamá brillarán más que nunca.