Cómo actuar ante las quemaduras solares de los niños
La prevención es fundamental pero si ocurren, también lo es saber cómo recomiendan actuar los especialistas.
Las quemaduras se pueden producir por diferentes causas. De hecho, se clasifican en función de ellas, siendo uno de los tipos las quemaduras por radiación, las que nos interesan en esta pieza, ya que son las producidas, fundamentalmente, por los rayos ultravioleta tras explosiones solares prolongadas al sol. Son, en resumen, las quemaduras más típicas del verano en mayores y pequeños.
La Dra. Cristina García Millán, dermatóloga del Grupo Pedro Jaén, explica que cuando no nos protegemos de manera adecuada del sol, “nuestras células sufren un gran daño que, aunque a corto plazo el riesgo no parece patente, acarrea un gran riesgo en el futuro”.
Esto es así porque “la piel contiene memoria”, dice el Dr. Jaime Company, médico especialista en láser y cirugía dermatológica de Grupo Pedro Jaén La Moraleja. “Los casos que se están diagnosticando actualmente en población de 45-50 años se han gestado a raíz las primeras quemaduras de la infancia y la adolescencia”. Además, “La evidencia científica apunta que la exposición de los niños menores de diez años al sol está vinculada a un mayor riesgo de desarrollo del melanoma maligno, así como otros cánceres de piel no melanocíticos en etapas posteriores de la vida”, añade la doctora Garcia Millán.
La importancia de la prevención
La prevención, por estos motivos, es esencial. Ya te hemos hablado de ello en varias ocasiones. Y no lo hacemos por capricho, sino porque la ciencia advierte una y otra vez de ello: no olvides que, según la Academia Española de Dermatología y Venereología (AEDV), el 80 % de los casos de cáncer de piel podrían evitarse con el uso fotoprotección desde la infancia.
Con todo y con eso, aunque sabemos de sobra lo que el sol puede hacernos en la piel y lo mucho que duele, además de lo peligrosas que pueden ser, todavía nos seguimos quemando. Y también se queman los peques a los que cuidamos. Un paseo o un rato en el parque sin protección, no volver a echarles crema solar cada poco tiempo en la playa o la piscina, o una zona en la que se nos ha olvidado ponerles el protector, y las rojeces y quemaduras aparecen. ¿Qué podemos hacer ante ello?
Qué hacer si el niño se quema
Lo primero es aprender a identificar la quemadura. La Dra. Garcia Millán señala que “hablamos de quemadura en el momento en el que observamos que la piel se pone roja”. En el caso de los niños, “incluso cuando empieza a estar sonrosada ya nos debe saltar la alarma”, añade la especialista de Grupo Pedro Jaén.
Lo que debemos hacer en este momento es tratar de evitar un daño prolongado en la piel. Por supuesto, limitar al máximo la exposición directa al sol. Y enseguida, una vez detectada, “bajar la temperatura de la piel con compresas frías o con algún dispositivo de gel frío”, señala la doctora García Millán. También es conveniente aplicar una crema reparadora y regeneradora que sea untuosa y que repare los lípidos que ha perdido la piel al quemarse.
La crema habrá que aplicarla durante varios días en función de cómo reaccione la piel. Por lo general, tal y como se detalle en el artículo científico citado al comienzo del texto, las quemaduras solares menos graves, las más superficiales, se pueden recuperar en un plazo de 3 a 6 días si se tratan de la manera adecuada. Solo en ocasiones, concluye la doctora García Millán, “A veces es necesario emplear un corticoide tópico con antibiótico para mitigar la inflamación. En caso de una gran insolación además podemos prescribir antiinflamatorios orales”.
No dudes en acudir al médico si las quemaduras se aprecian muy graves a simple vista.