Jugar con otros niños disminuye el riesgo de sufrir trastornos mentales en la infancia
La ciencia acaba de confirmar que jugar durante la etapa preescolar es beneficioso para la salud mental a largo plazo: los niños que juegan, tienen salud mental de hierro de mayores.
No nos cansamos de repetir que el juego es el mejor vehículo de aprendizaje que hay en la infancia. Que a través del proceso lúdico los niños aprenden a desenvolverse en el mundo que los rodea, aprenden su entorno y aprenden más cosas sobre la vida de lo que podrán aprender en cualquier aula delante de una pizarra.

Jugar con otros niños disminuye el riesgo de sufrir trastornos mentales
Jugar es su forma de aprender y son muchas las investigaciones y los expertos que se han encargado de demostrarlo a lo largo del tiempo. Sin embargo, un nuevo y reciente estudio aclara, también, que jugar con otros niños contribuye a mejorar la salud emocional de los peques de cara a su futuro.
Los niños que juegan (bien), se portan mejor
El estudio en cuestión ha sido publicado en la revista Child Psychiatry and Human Development y llevado a cabo por investigadores de la Universidad de Cambridge. Además, el resultado no es baladí: han llegado a la conclusión después de analizar los datos de casi 1700 niños recopilados cuando tenían entre tres y siete años.
“Los niños que aprenden a jugar bien con otros en la edad preescolar, tienden a disfrutar de una mejor salud mental a medida que crecen”, afirma la propia universidad en un comunicado en el que los autores también han vertido sus declaraciones. De esta forma, el estudio ha demostrado que los niños con mejor habilidad para jugar con sus compañeros a los tres años, mostraron menos síntomas de mala salud mental en los siguientes cuatro años.
En concreto:
- Mostraban menor hiperactividad: disminuyó un 8,4%
- Menos problemas de conducta, que se redujeron en un 8%
- Menos problemas emocionales, que bajaron un 9,8%
- Era menos probable que se involucraran en peleas y desacuerdos con otros niños, los cuales se redujeron un 14%
¿Cómo ayuda el juego a los niños?
“Creemos que esta conexión existe porque al jugar con otros, los niños adquieren las habilidades para construir amistades sólidas a medida que crecen y comienzan la escuela. Incluso, si corren el riesgo de tener problemas de salud mental, esas redes de amistad a menudo los ayudarán”, afirma Jenny Gibson, profesora de la Universidad de Cambridge y una de las autoras de la investigación.
Además, Vicky Yiran Zhao, la coautora, completa la declaración afirmando que no importa tanto la cantidad de horas que los niños pasan jugando con otros niños, si no la calidad del tiempo que lo hacen.
De hecho, para muestra, un botón: en los últimos dos años, los niños se han enfrentado a una pandemia que, primero, les obligó a estar encerrados en casa durante más de dos meses y, después, a seguir haciendo frente a diferentes medidas sociales (contacto cero, sin abrazos, con las escuelas cerradas,…) en la que quedaba poca cabida para el juego con otros niños. Esto derivó en un aumento muy considerable de problemas de salud mental que llevó, incluso, a los pediatras a hablar de otra pandemia: la de la salud mental. Las consultas duplicaron las urgencias psicológicas con cuadros de intento de suicidio, ansiedad, Trastornos obsesivo-compulsivos y Trastornos de la alimentación.
¿Podría detectar el juego problemas de conducta?
A sabiendas de los resultados del estudio, los autores se atreven a explicar que la evaluación de la calidad del juego entre niños a una edad temprana puede servir para detectar a aquellos que tienen riesgo potencial de sufrir algún tipo de trastorno mental en el futuro.