Ser Padres

5 consejos para evitar que a tus hijos se le taponen los oídos (en verano)

Un cambio repentino de presión, zambullidos en el agua, la altitud durante un vuelo… son muchos los causantes de que a los niños se les tamponen los oídos, sobre todo, en verano. Por suerte, hay consejos para evitar llegar a esta situación.

Marta Moreno

El verano es sinónimo de pasar media vida debajo del agua. Eso sí, los planes de playa y piscina también llevan riesgos asociados, sobre todo cuando vamos acompañados de menores de edad. Uno de ellos son los famosos ahogamientos: recuerda que los pediatras aseguran que hacen falta cinco centímetros de agua y muy pocos segundos para  que se ahogue un bebé. Por eso, hace unas semanas os propusimos un artículo con un montón de consejos para evitar ahogamientos y accidentes cerca de entornos acuáticos. ¿El mejor de todos? La supervisión constante de los menores que se meten en el agua.

Otro de ellos son las comunes infecciones de oídos. Que si otitis, que si molestias, que si oídos infectados, que si tapones en los oídos… las afecciones son muchísimas, pero todas tienen solución. “Las zambullidas o bucear bajo el agua derivan en un repentino cambio de presión y nuestros oídos al compensarlo, producen la sensación de taponamiento”, indica Jesús Hervás, audiólogo. Hemos hablado con un equipo de expertos audiólogos de Alain Afflelou para que nos cuenten una serie de consejos para acabar con esta última: los tapones en el oído de los niños.

¿Qué hay que hacer? Ellos mismos nos lo indican:

  • Mantén los oídos limpios y secos: los oídos se deben mantener limpios y secos para prevenir posibles infecciones auditivas. “Lo más adecuado sería usar tapones fabricados a medida, que cierran el canal auditivo al paso del agua y reducen así la probabilidad de padecer otitis”, indica Hervás. Si no llevamos protectores auditivos, tras el baño es recomendable secar bien la parte externa de los oídos con la toalla y siempre sin introducir nada por el conducto auditivo. Un gesto que, según nuestros expertos, también deberíamos incorporar a nuestra rutina diaria tras ducharnos.
  • Equilibra la presión: bostezar, incluso imitar ese gesto, o masticar chicle contribuirá a equilibrar la presión de los oídos. El movimiento de los músculos ayudará a solucionar el oído taponado.
  • Usa la fuerza de la gravedad como aliada: si a pesar de secar los oídos sigues notando molestias, recuéstate sobre una toalla limpia y seca del lado que te incomode, únicamente por la zona externa. La combinación de esta postura con el calor natural que se genera ayudará a drenar el agua que quede en el conducto auditivo y ayudará a destaponar los oídos.
  • Prohibido introducir cuerpos extraños: los oídos son una estructura muy sensible por lo que, para evitar daños que pueden ser irreversibles, nunca hay que recurrir a bastoncillos u otros objetos para destaponarlos. Los cuerpos extraños pueden provocar lesiones en esta zona tan sensible y, además, al retirar el cerumen, los oídos quedan más vulnerables ante infecciones.
  • Evita corrientes de aire: cuando el baño no es posible, el aire acondicionado puede convertirse en una solución frente al calor sofocante. Las corrientes que genera, a baja temperatura, pueden incidir en nuestros oídos provocando dolores y molestias, por lo que habría que evitar el aire frío directo.
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