Ser tío o tía es lo mejor que te puede suceder
Gracias a todos los tíos y tías del mundo por acompañar a nuestros hijos, por ofrecerles una seguridad que nosotros no lo hemos conseguido. Gracias por cuidarles, mimarles, ayudarles... Hemos hecho un homenaje a todos los tíos, porque soy lo mejor que pueden tener nuestros hijos.
Hermanos de mamá, hermanos de papá, cuñados, cuñadas, hermanos de los abuelos o tíos postizos que nos unen por una fiel amistad de años. Gracias por ser quienes son y ser como son, por cuidar y querer tanto a nuestros hijos y por ser una figura joven, con energía y sin la necesidad de ser tan responsable como debe ser una madre o un padre, que son los máximos referentes de los niños y su ejemplo es básico.
Para un niño siempre es agradable crecer en una familia grande, con muchos tíos y primos, así además de con tus hermanos, tienes la posibilidad de compartir mil anécdotas también con ellos. Así que no importa cuántos años tengas, el tiempo que pases sin verlos, o la distancia que os separe, seguramente tus tíos tienen un lugar muy importante en tu corazón por esa gran cantidad de momentos juntos:
Gracias tíos por vivir de cerca nuestros primeros pasos.
Gracias tíos por coger en brazos por primera vez a nuestro bebé.
Gracias por volcaros desde el momento que anunciamos que esperábamos un hijo.
Gracias por desempeñar un papel vital en nuestra vida.
Gracias por compartir con nuestros hijos miles de aventuras.
Gracias por brindarnos vuestro tiempo.
Gracias por estar siempre dispuestos a ayudarnos.
Gracias por echarnos un cable haciendo de cuidadores.
Gracias por hacerle ese regalo original que tanto deseaba nuestro hijo y que jamás hubierámos accedido.
Gracias por poner paz en los momentos complicados.
Gracias por cuidarnos a nosotros los padres y mimar a nuestros hijos.
Gracias por convertirte en niño o niña de nuevo.
Gracias por jugar horas y horas.
Gracias por ese disfraz único que le hiciste a mi hijo.
Gracias por convertirte en una segunda madre o un segundo padre.
Gracias por hacerle fotos a mi hijo, cuando nosotros los padres no teníamos ni un segundo.
Gracias por invitarle a merendar, a tomar un helado, un refresco... son recuerdos imborables.
Gracias por ser el modelo a seguir de nuestro hijo.
Gracias por explicarle matemáticas, lengua, inglés... eres el mejor maestro.
Gracias por convertirte en mejor amigo.
Gracias por tener pilas incombustibles.
Gracias por ser los mejores confidentes.
Gracias por el cariño tan sincero que nos ofrecéis.
Gracias por no regañarle.
Gracias por tirarle por los aires.
Gracias por hacer de hermano mayor.
Gracias por vigilarle de cerca.
Gracias por estar a nuestro lado.
Gracias por formar parte de la vida de mi hijo (y nuestra).
¡Gracias! ¡Gracias! ¡Gracias! ¡Gracias!