Ser Padres

Septiembre y octubre, los meses más duros para los niños

Aumentan los divorcios y este hecho, junto con la vuelta al cole, hacen de estos meses un periodo duro para nuestros hijos.

Cuando acaba el verano es normal que nuestros hijos, ya sean niños o adolescentes, experimenten cierto grado de ansiedad, es un hecho normal al tener que asumir de nuevo las rutinas y responsabilidades del curso. Sin embargo, en esta época encontramos que a todos esos niños a los que la vuelta al cole les genera una preocupación especial, se unen los casos de aquellos que viven el proceso de separación de los padres, un hecho que está aumentando en los últimos años.

Según diversos estudios el porcentaje de niños y jóvenes que sufren ansiedad oscila entre el 9 y el 21%, lo que supone un problema de salud importante en nuestros hijos. Los trastornos de ansiedad son los trastornos psiquiátricos más frecuentes en la población infantil y si no son tratados adecuadamente pueden llegar a tener repercusiones negativas en el funcionamiento académico, social y familiar de los niños, interfiriendo de forma importante en su desarrollo.

Meses duros para los niños

Para la doctora Blanca Puyo, psicóloga infanto-juvenil, “los niños y adolescentes pueden experimentar cierta ansiedad o preocupación por el rendimiento escolar y las relaciones con los iguales siendo más frecuente en aquellos casos en que existen problemas de aprendizaje, dificultades de atención y concentración u otro tipo de dificultades relacionadas con el entorno escolar”, es decir, que puede que la vuelta al cole sea traumática pero es un problema adaptativo y no tiene por qué resultar patológico.

Los divorcios de los padres es otra de las causas que dispara los casos de ansiedad en los niños por estas fechas. En 2014 aumentaron las separaciones un 5,6% con respecto al año anterior y muchos de ellos se registran precisamente al final del verano, coincidiendo con el regreso del curso escolar. “Tras unas largas vacaciones, los niños vuelven a la realidad y, de repente, tienen que enfrentarse a sus propios problemas y retos mientras viven una situación tensa en casa y ven cómo se deteriora la relación de sus padres” indica la doctora Puyo, además, ella considera que los niños que tienen una preocupación excesiva y persistente por perder a sus padres o a que les suceda algo malo presentan “una especial resistencia o rechazo a ir a la escuela o a cualquier otro sitio en el que no estén sus padres”.

Sintomatología de la ansiedad

La ansiedad combina síntomas físicos como las palpitaciones, la falta de aire o los hormigueos, con síntomas psicológicos como el temor irracional, la sensación de pérdida de control y extrañeza del entorno. Todos estos síntomas afectan en el día a día a los pequeños y, aunque depende de cada caso, lo principal es actuar cuanto antes y consultar a un profesional.

Para la doctora, en los niños que estén afrontando una separación matrimonial es muy importante la intervención familiar para que el niño no se sienta responsable de la situación ni sienta que existe un conflicto de lealtades o que debe posicionarse en favor de uno u otro padre. Dependiendo también de la gravedad de los síntomas, pueden indicarse tratamientos de psicoterapia individual o, incluso, para algunos casos concretos, un tratamiento farmacológico.

Fuente: Top Doctors

tracking