Alternativas respetuosas al rincón de pensar
Si has mandado a tu hijo alguna vez al rincón de pensar, tendrías que reflexionar el motivo que te ha llevado a hacerlo. Te mostramos unas cuantas alternativas más respetuosas que puedes apuntarte para utilizar cuando quieras dar un toque de atención.
La educación de los niños es un mundo del que nunca sabemos lo suficiente. Además, todos los padres tienen que informarse sobre él y escoger el método de enseñanza y de crianza que consideren perfecto para sus hijos.
Entre todos los métodos de crianza hay uno que cada día gana más adeptos y ese es el mundo de la Educación en Positivo. El mismo se caracteriza por la ausencia de gritos, de prohibiciones, de la ausencia del ‘No’, de los límites sanos y, cómo no, también de la ausencia de castigos.
Y es que sabemos que estos últimos no están exentos de polémicas. Mientras algunos expertos creen que los castigos, de una forma razonada y lógica, tienen su razón de ser, otros, como Álvaro Bilbao, consideran que no sirven para absolutamente nada: “si los castigos funcionasen para corregir una conducta, los niños más castigados se portarían genial, y esto no sucede”, afirma en más de una ocasión. Para él, al igual que para otros seguidores de la Disciplina Positiva, los castigos solo incitan al temor, al miedo y reprimen por completo los sentimientos y emociones de nuestros hijos.
De acuerdo con esta teoría está Lorena García Vega, educadora infantil, certificada en Disciplina Positiva y autora del libro ‘Castigar no es educar’.
En su libro hace mención especial al ‘rincón de pensar’, “un método” muy extendido que consiste en alejar al niño de la situación del conflicto, y sentarle frente a la pared sin ningún tipo de estímulo para que reflexione sobre lo que ha hecho.
Bajo su punto de vista, visualmente que un niño se encuentre solo frente a la pared ya implica humillación, sin embargo, esta estrategia se considera un castigo suavizado, puesto que no entraña ningún tipo de dolor físico en el niño, no se le priva o se le impone ninguna consecuencia desagradable, aunque no contempla las emociones que experimenta el menor al estar sentado en un rincón.
Así que propone alternativas que, además de ser más amables y respetuosas para el niño, posibilitan que adquiera la responsabilidad de enfocar sus actos en soluciones.
Nos ha contado cuáles son algunas de esas estrategias:

La mesa de la calma
Comparte con el rincón de pensar que tienen un espacio específico, sin embargo, la finalidad es diferente, pues al rincón de pensar el niño acude a reflexionar sobre lo mal que ha actuado y la mesa de la calma le ayuda a relajarse y a reconectar consigo mismo.A la mesa de la calma el niño puede acudir solo o acompañado, su fin está en relajarse y afrontar el conflicto desde una posición calmada, en ningún caso se pretende que el menor lo pase mal. Dispone de una serie de elementos que invitan a la relajación como, por ejemplo, botellas de la calma, mandalas para colorear, relojes de arena, plastilina, etc. Una vez que el niño se encuentre mejor, podrá afrontar el conflicto enfocándose en la solución y no en la culpa.

Tiempo fuera positivo
Similar a la mesa de la calma, pues su finalidad es que el niño reconecte consigo mismo tras un enfrentamiento o una situación de descontrol emocional. No se debe confundir con el tiempo fuera, ya que este es una forma de castigo pasivo que solo trata de alejar al menor de la situación de conflicto.El tiempo fuera positivo es un espacio agradable con estímulos que favorecen la relajación y la posibilidad de sentirnos bien con nosotros mismos, puede haber cuentos relacionados con los valores y las emociones,especialmente aquellas más complicadas de manejar, puede tener una iluminación cálida e incluso acompañar el momento con música relajante. Está concebido para niños y adultos y, en función de la edad y de las circunstancias propias de cada individuo, podrá hacerse en compañía, aunque es preferible hacerlo de forma autónoma con el fin de ir siendo capaz de gestionar las emociones.Este espacio permite reestablecer el control perdido tras un conflicto y abordarlo para solucionarlo.

Mindfulness
Es una técnica muy útil de meditación que permite que se ponga consciencia plena especialmente en nuestra respiración, existen ejercicios para poder desarrollarla también con niños, ya que requiere de entrenar la capacidad de concentración y no resulta sencillo, pero con un buen entrenamiento, es una muy buena alternativa para evitar tomar medidas que hagan sentir mal al niño o tratar de abordar un problema o conflicto desde la irritación.

Abrazar
Es una técnica maravillosa y muy reconfortante capaz de aliviar la irritación, los abrazos no deben ser forzados, ya que pueden empeorar la situación y generar más crispación, sin embargo, tender los brazos, y que el niño acuda a ellos acurrucándose, es una forma efectiva y afectiva de solucionar cualquier conflicto. Una vez calmados, y desde el cariño que desprende un abrazo, se puede abordar la situación más relajados y conectados.

Tiempo de respiro
Nos tomamos un tiempo mayor o menor para calmarnos, pensar, contar hasta diez o hasta cien.El momento de retiro no debe ser desagradable, sino todo lo contrario. Hay que enfocarlo en soluciones para que aprenda a relajarse y a recomponerse de la situación que ha provocado enfado. Consiste, básicamente, en retirarnos para calmarnos y luego poder afrontar la situación con otro enfoque.

Los rincones
Esta alternativa está relacionada con la mesa de la calma, pero es más específica. Se trata de tener en casa diferentes rincones (o cajas): una con material para pintar, otra con puzzles, otra con papelitos que se puedan romper en mil pedazos, otra con juegos de mesa… ¡Las opciones son infinitas!Cuando el niño haya tenido un mal comportamiento, le invitaremos a ir al rincón que más le guste a hacer alguna actividad mientras se calma y piensa en lo que ha hecho.Una vez pasado un tiempo estipulado, cuando todos estemos más calmados, acudiremos para hablar con el tranquilamente sobre lo que ha pasado y por qué no puede volver a suceder.