Cosas a tener en cuenta antes de comprar un eléctrico
¿Quieres un eléctrico? La experiencia de conducción de un coche eléctrico es algo distinta a lo que estamos acostumbrados, por lo que debemos cambiar algunos hábitos.
A estas alturas ya hay coches eléctricos para todos los gustos a disposición de la mayoría de compradores. Que se necesita un coche espacioso, hay ya varios SUV, y de tamaños interesantes como el Volkswagen ID. 4, el Peugeot e-2008 o el futuro Kia EV6. Que se prefiere un coche deportivo, el futuro Cupra Born o el impresionante Audi e-tron GT serán buenas opciones. Que se busca un segundo vehículo para dominar la ciudad y desplazarnos al trabajo, el Honda e, el Peugeot e-208, el Opel Corsa-e, el Volkswagen ID. 3… Las opciones son muchas y muy interesantes.
Ahora bien, tener un eléctrico cambia por completo la experiencia del usuario. De hecho, desde algunas marcas reconocen que requiere un cambio de mentalidad por parte del conductor. Y no hablamos de la conducción, donde los cambios son más bien pocos y la gran mayoría, si nos centramos en lo puramente funcional, para bien. Hablamos en este caso de una aceleración más contundente, una respuesta instantánea del acelerador, una recuperación asombrosa, una suavidad y comodidad inéditas hasta ahora y una mayor capacidad para conducir con un solo pedal, aprovechándonos de la frenada regenerativa para recuperar energía. Sin embargo, el cambio de mentalidad no debe centrarse en los cambios dinámicos, sino en su uso diario, su recarga.
Porque un coche eléctrico se propulsa con la energía almacenada en su batería, como el móvil. Muchos realizamos esta asociación y, de repente, nos surge una ansiedad que nos produce pánico a quedarnos sin batería. Si obviamos que no debemos todavía apostar por un eléctrico si no tenemos claro dónde lo cargaremos, desde las marcas insisten que esta ansiedad, aunque lógica, debe intentar evitarse. Al final, la batería es como el depósito de gasolina, no se recarga cada día, sino cuando queda poca gasolina. El coche eléctrico es lo mismo que uno de combustión, solo cambian matices, aunque eso significa que los conductores debemos acostumbrarnos a esta movilidad y adquirir una serie de rutinas que no solo harán que disfrutemos de nuestro eléctrico, sino también que seamos mucho más respetuosos con el medioambiente y el aire de nuestras ciudades.

Planificar el viaje
Es importante, antes de lanzarse a hacer viajes largos, una correcta planificación del viaje. Revisar la ruta y descubrir los puntos de carga disponibles durante la misma para garantizar que dispondremos de energía durante todos los kilómetros. Desgraciadamente, la red de carga pública no es todavía demasiado extensa y la planificación del viaje es clave.

Conducción eficiente
Los coches eléctricos ofrecen algo que nunca darán los coches de gasolina, la capacidad de autorecargarse. Una conducción eficiente, a la velocidad indicada a la vía, jugando con el pedal de acelerador, puede hacernos ganar un buen puñado de kilómetros de autonomía, con lo que no solo no contaminamos, sino que además ahorramos.

Viva la frenada regenerativa
En relación con lo anterior, la frenada regenerativa abrirá un nuevo mundo de posibilidades para el conductor. Muchos eléctricos permiten elegir la contundencia de la misma. A más desaceleración, más recarga, pero más pérdida de velocidad a la vez. Elegir la correcta en cada momento, quizá una más suave en autopista, pero máxima en ciudad, nos permitirá ganar kilómetros y además cuidar nuestros frenos.

La carga, preferiblemente lenta
Pudiera parecer una buena opción pasarse, si tenemos la opción cerca de casa, por un cargador rápido y dejar el coche 100% recargado en apenas una hora. Sin embargo, la batería, y tu bolsillo, agradecerá una carga lenta en casa. Potencias bajas, de hasta 22 kW de potencia, son más eficientes, con lo que se pierde menos energía durante la carga, y cuidan mejor la batería del coche. La carga rápida es indicada para rutas largas, pero no para el día a día.

Saca partido de las ventajas
No serán permanentes. Es decir, cuando el parque esté más electrificado, las ciudades dejarán de bonificar su uso, pero hasta entonces, si puedes tener un eléctrico, te puedes ahorrar parkings en la ciudad, además de poder aparcar donde quieras, ya sea zona azul o verde, e impuestos como el de circulación en algunos municipios.