Graham, el niño de 7 años que sabe pilotar aviones y que sueña con ir al espacio con Elon Musk
Las capacidades de algunos niños para algunas cosas son increíbles y sino solo hay que ver a Graham Shema, un pequeño de 7 años que ni más ni menos sabe pilotar aviones. Su interés por la aviación empezó tiempo atrás a raíz de un accidente en casa de su abuela. Y desde entonces, ni la pandemia le ha hecho perder su gusto por los aviones.
Lo más normal del mundo es llegar a la adolescencia y no saber muy bien a lo que quieres dedicar tu vida. Pero también es cierto que algunos niños despiertan una fuerte vocación por un oficio desde que son bien pequeños. El caso de Graham Shema es más que un buen ejemplo de ello.
Con tan solo siete añitos, este niño ugandés es capaz de pilotar aviones. En la prensa es conocido como “Capitán” y ha sido entrevistado por el embajador de Alemania y el ministro de transporte de Uganda. No es extraño que se haya convertido en una auténtica sensación en su país, y que su historia también esté traspasando fronteras y arrasando en Internet.
Cuando tenía tres años ya sabía resolver problemas de matemáticas y ciencias complejos para su edad, y ahora, unos años más tarde es un auténtico amante de la aeronáutica con grandes capacidades para volar. Ha volado como aprendiz unas tres veces en un Cessna 172 y tal y como asegura a la agencia Reuters, quiere ser piloto y astronauta, y algún día viajar a Marte.
Y es que, su referente es Elon Musk, el fundador de Tesla y Space X, esta última, la compañía privada que espera poder enviar pronto a personas al nombrado planeta rojo. Y como ha demostrado Graham con sus conocimientos sobre aviación en el Aeropuerto Internacional de Entebbe en Uganda, podría estar cerca de sus sueños. De hecho, uno de ellos es poder conocer a Musk.
Como podemos ver en el video, el instructor le pide que explique cómo funcionan los motores de un avión Bombardier CRJ900 y el pequeño contesta adecuadamente sin dudar casi un instante.
Su interés por la aviación
Es curioso cómo este niño empezó a sentir gusto por el mundo de los aviones. Un día, mientras jugaba en el exterior de la casa de su abuela a las afueras de Kampala, la capital ugandesa, vio como un helicóptero de policía volaba tan bajo que derrumbó el techo de la vivienda. Tras este acontecimiento, en vez de traumatizarse, algo se despertó en él y comenzó a hacerse cientos de preguntas sobre el funcionamiento de los aviones.
Fue por eso que, en 2019, contactó con una academia local de aviación y empezó a recibir clases en casa sobre las piezas de los aparatos y demás vocabulario aeronáutico. Apenas cinco meses más tarde ya inició sus prácticas de vuelo.
Entre enero y marzo de 2020, fue cuando voló tres veces como copiloto, pero por desgracia, la pandemia le obligó a suspender sus prácticas. Sin embargo, esto no le hizo perder interés, y hasta que pueda retomar el vuelo, se ha centrado en estudiar teoría y en seguir aprendiendo gracias a la simulación y a la realidad virtual. Es indudable que la pasión de este pequeño le hará alcanzar grandes metas.