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Claves para que una discusión de pareja no ponga en riesgo la relación

Las discusiones en pareja pueden traer distintos problemas a la relación, incluso llegar a romperlas. Para que no acabe con ella es fundamental el respeto y la comunicación.

Toda discusión o enfado de pareja deteriora las relaciones afectivas. Si se van repitiendo en el tiempo generan desavenencia, daño y distancia emocional. De esta forma aparecen las malas interpretaciones o diferentes visiones de las cosas.
Los secuestros emocionales, las subidas de tono o el no escuchar o querer que nos entiendan a gritos o atosigando no resuelve los problemas sino que los agrava, dejando un daño emocional que se va acumulando hasta convertirse muchas veces en motivo de separación.

Consejos para mantener la relación sana

Para que una discusión no acabe con la relación de pareja es importante lo siguiente:
  • Escuchar e intentar ponerse en el lugar del otro.
  • No acumular problemas y tensiones. Tenemos que evitar situaciones tensas o discusiones en el momento del “secuestro emocional” ya que en esos momentos en vez de arreglar, estropearemos la relación. Buscar un día y un momento adecuado, si puede ser en sintonía, para hablar del problema y buscar alternativas de solución y aplicarlas.
  • Si algo no nos gusta, haremos peticiones a nuestra pareja y se lo haremos saber sin atacarle. El “me gustaría” expresa cómo se siente uno/a ante determinado problema, sin culpabilizar al otro directamente.
  • Ver que nuestra pareja no es un competidor, un contrario, alguien que nos quiere hacer daño, sino que es la persona que hemos elegido para estar mejor, compartir amor y experiencias positivas, pasarlo bien… Por todo ello, debemos optimizar lo positivo y resolver la negativo. ¡Cuidado! Porque lo negativo no hay que obviarlo o evitarlo, sino hablarlo y trabajarlo. Hay que buscar entornos de comunicación afectiva agradables, potenciar la comunicación sexual, estar juntos y no separados. Los problemas no se resulten siempre separándonos.
  • Buscar formas de dejar de discutir utilizando estrategias de “dejarlo para otro día” con técnicas como la del semáforo (pararse, pensar, solucionar), rincón para calmarse, o la del paseo para reflexionar, para que esa visión negativa de la discusión no implique rotura y puedan buscarse espacios para reconciliarse, resolver y potenciar las actividades y relaciones agradables compartidas.

¿Y cómo evitar una discusión?

Delante de una situación que nos genere tensión, aceleración del corazón o ganas de chillar tenemos que:
  • Pararnos, semáforo en rojo. Será la señal para irse de la situación, para no seguir con una explosión o discusión que en vez de solucionar agravará el problema.
  • Dejar el espacio de discusión: irse a la habitación, al WC, al lugar donde podamos estar solas o solos para descargar esa rabia
  • Inmediatamente cogeremos aire suavemente realizando respiraciones diafragmáticas durante unos 5 minutos, o bien saldremos a dar un paseo para calmarnos y poder pensar en frío. 
  • Si estamos ya calmadas y calmados, no hablaremos del problema pero si lo apuntaremos en una libreta para buscar el momento adecuado para hablarlo y solucionarlo con la pareja (un momento de sintonía)
  • Iremos realizando esas pautas empezando con pequeños enfados y practicando el método hasta poderlo hacer útil en enfados o inicio de discusiones importantes. Si lo practicamos veremos que va funcionando.
Por D. Ferrán Martínez Gómez, miembro de Saluspot y psicólogo especialista en psicología clínica en Capsel Psicología.
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