¿Cómo enseñar a un niño a jugar al ajedrez?
¿Sabías que el ajedrez proporciona muchos beneficios no solo al niño sino también al adulto? Además, cuando se juega en familia, se convierte en una opción excelente para compartir tiempo juntos.
¿Quieres enseñar a tu hijo a jugar al ajedrez? No hay duda: el juego del ajedrez es tan fascinante que ofrece muchos beneficios, tanto para adultos como para niños. Y para jugar con él necesitamos un tablero de ajedrez, piezas de color negro y blancas (en total 32, 16 para cada jugador), y un péndulo con el que limitar el tiempo.
Se trata de una actividad tremendamente entretenida cuando se aprende, pero que precisa de práctica y de, sobre todo, bastante paciencia en un principio. Eso sí, una vez se aprende, proporciona excelentes beneficios.
¿Qué beneficios ofrece a los niños jugar al ajedrez?
Desarrolla una actividad familiar
El ajedrez ofrece, no hay duda, la oportunidad de compartir buenos momentos en compañía de la familia. En primer lugar, cuando enseñamos a nuestros hijos a jugar al ajedrez les estaremos dedicando algo de tiempo. No en vano, tendremos que ser pacientes porque la primera vez no serán capaces de recordar todas las reglas.
Independientemente del tiempo que se tarde, al final, este tiempo de calidad constituye una base preciosa para la construcción de buenos recuerdos.
Ofrece una actividad divertida alejada de las pantallas
Como han mostrado muchos estudios y estadísticas, los niños a menudo pasan muchísimo tiempo delante de la pantalla del televisor, la tableta digital, el ordenador o, si son mayores, el teléfono móvil.
Sin embargo, aprender ajedrez les ofrece la posibilidad de disfrutar de una actividad distinta, alejada por completo de la pantalla, que puede resultar todavía más divertida y entretenida.
Ideal para trabajar la memoria
Jugar al ajedrez permite desarrollar la memoria de trabajo, que se convierte en un requisito constante en nuestro día a día, la cual se caracteriza por ser una memoria a corto plazo que interviene para manipular, de forma temporal, la información con la finalidad de llevar a cabo una tarea determinada.
Además, interactúa con la memoria a largo plazo para activar los conocimientos necesarios, y conocer las distintas opciones disponibles para poder jugar.
¿Cómo se juega al ajedrez?
El tablero de ajedrez se compone de un total de 64 cuadrados, 32 cuadrados claros (blancos) y 32 cuadrados oscuros (negros). A su vez, hay 8 columnas (de la A a la H) y 8 filas (de la 1 a la 8).
Al comienzo del juego, cada jugador cuenta con un total de 16 piezas: un rey, una reina, dos torres, dos alfiles, dos caballos y ocho peones. Y todas ellas son colocadas de la misma forma.
Los dos jugadores se turnan para mover únicamente una sola pieza. Así, si una pieza se mueve a una casilla o cuadrado ocupado por una pieza del oponente, esa pieza es recogida por el jugador que la ha movido y finalmente es retirada del tablero de ajedrez. No es posible colocar una pieza en una casilla ocupada por una pieza del mismo jugador. Únicamente el caballo puede saltar sobre las otras piezas.

Beneficios del ajedrez en los niños
En el caso de la torre, por otro lado, únicamente se mueve horizontal o verticalmente, tantas casillas o recuadros como desee. El alfil se mueve en diagonal, tantas casillas como quiera. Mientras que la reina se mueve como la torre y el alfil (vertical, horizontal y diagonal), tantas casillas como quiera.
El rey, sin embargo, puede moverse en todas las direcciones, pero solo un cuadrado. Cuando es atacado por una pieza contraria se dice que está en jaque.
Así, si no existe defensa posible contra un jaque, se dice finalmente que el rey está en jaque mate. Precisamente, este es el objetivo final del juego, por lo que quien lo realiza, gana.
¿Cómo enseñar a nuestro hijo a jugar al ajedrez?
Lo más importante es enseñar al pequeño las reglas básicas del juego, el tablero y las piezas. Pero dado que existen un sinfín de reglas, es fundamental tomarlo con calma y de forma gradual.
Por ejemplo, a la hora de empezar, no es aconsejable colocar e insertar todas las piezas al mismo tiempo. Al contrario, dado que dominar el movimiento del peón es importantísimo para progresar en el aprendizaje, es útil empezar únicamente con una pelea de peones.
Así, debemos comenzar colocando únicamente los peones en su posición inicial. Comienzan las piezas blancas, por lo que los jugadores se turnan y ganaría el primero en llevar un peón al final del tablero.
Luego, cuando agregamos una pieza nueva, por ejemplo, una torre, la regla cambiaría un poco: gana el primero en llegar un peón al final del tablero de ajedrez, o en atrapar y capturar todos los peones del jugador contrario. De esta manera, es posible introducir de forma gradual todas las piezas del juego, hasta terminar con el caballo, que es considerada como la pieza más difícil de dominar.
Así, a medida que nuestro hijo se familiarice con el juego base, podríamos enseñarle conceptos más complejos y otras reglas del juego, como: otros movimientos (como el enroque, que es específico del rey), estrategias y metas de apertura, tácticas o el conocido como “concepto de palmadita”.
Debes recordar que, una vez se aprende, el ajedrez es un juego para toda la vida, por lo que cuando se hayan aprendido los conceptos básicos, es probable que nunca se olviden, de ahí que sea imprescindible no apresurar las cosas y mantener la paciencia y ser constantes.