Alergia en tiempos de pandemia: ¿Reduce el uso de la mascarilla los síntomas de los alérgicos?
¿El uso habitual de la mascarilla en el exterior podría ser de utilidad a la hora de reducir los síntomas asociados a las alergias respiratorias?
Ahora que nos adentramos en temporada de alergias respiratorias con la llegada de la primavera, es normal preguntarse, sobre todo después de más de seis meses utilizando la mascarilla a diario cuando nos encontramos en la calle, si su uso estaría realmente ayudando a reducir los síntomas de aquellas personas con alergias.
Y lo cierto es que, de acuerdo a la investigación publicada hasta el momento, parece que el uso de la mascarilla al aire libre podría proteger todavía más de COVID-19 a las personas con alergias.
Si bien es verdad que las mascarillas hacen un buen trabajo a la hora de protegernos de las partículas virales, también es cierto que los estudios muestran que las mascarillas también podrían ser efectivas para filtrar alérgenos comunes, que generalmente tienden a flotar en el aire con un tamaño mucho más grande, por lo que podrían quedar bloqueados en la mascarilla de forma más fácil.
El polen de pino, por ejemplo, es alrededor de 800 veces más grande que el coronavirus. Por lo que, de acuerdo a los expertos, si hay menos polen entrando tanto en la nariz como en la boca, es menos probable que las personas afectadas puedan sufrir un ataque de alergia.
¿La mascarilla podría ser de utilidad para reducir los síntomas de las alergias respiratorias?
En ocasiones, los anticuerpos del sistema inmunológico identifican una determinada sustancia, o alérgeno, como peligroso, aunque de hecho pueda ser completamente inofensivo, lo que hace que las células liberen histaminas, que son unas sustancias químicas que provocan inflamación e irritación en el área circundante.
En el caso de una alergia respiratoria, los alérgenos son sustancias transportadas por al aire, como el polen de las plantas o el polvo presente en el ambiente, y son las que provocan una reacción alérgica cuando son inhaladas.

Alergias y mascarilla
Es decir, el sistema inmunológico reacciona de forma exagerada a algo que originalmente no es una amenaza. Y en el caso de una alergia respiratoria o estacional esa “amenaza” es el alérgeno. Así, cuando el polen entra en contacto con la membrana mucosa presente en el interior de la nariz, la respuesta inmunitaria genera una inflamación, que es la principal culpable de la congestión nasal, los estornudos y el exceso de mucosidad (que en definitiva son los síntomas más habituales de las alergias estacionales).
De ahí que si se evita que un alérgeno como el polen se introduzca en la nariz, no aparecerá esta respuesta.
Según parece, las mascarillas que hemos estado usando para ayudar a prevenir la propagación del SARS-CoV-2, el virus causante de la COVID-19, también son buenas a la hora de filtrar tanto el polen como otros alérgenos que flotan en el aire.
Así, para las personas con asma alérgica o rinitis alérgica, que desarrollan los síntomas comúnmente asociados a las alergias respiratorias después de inhalar alérgenos, las mascarillas podrían ser verdaderamente útiles.
Incluso antes de que la COVID-19 hiciera que todos empezáramos a usar la mascarilla, algunas personas con alergias estacionales la utilizaban en aquellos días en que el índice de polen presente en el ambiente era extremadamente alto, o cuando trabajaban en el jardín.
Los granos de polen pueden ser tan pequeños como 10 micrómetros, pero las mascarillas quirúrgicas (las que utilizamos habitualmente), son capaces de atrapar partículas tan pequeñas como 3 micrómetros, mientras que las mascarillas médicas pueden ser todavía más efectivas.
No obstante, las mascarillas no protegen los ojos, por lo que si sufrimos conjuntivitis alérgica, posiblemente acabaremos beneficiándonos menos de utilizar una mascarilla sobre la nariz y la boca.
En cualquier caso, y al igual que otras enfermedades estacionales comunes entre los niños (como bronquiolitis, resfriado común o gripe), los expertos señalan que con tantas personas utilizando mascarillas al aire libre, se ha observado un descenso en el número de casos de pacientes con problemas asociados con las alergias estacionales.
Pero las mascarillas no son una gran solución a largo plazo para las personas con alergias estacionales, puesto que muchos de los pacientes también presentan afecciones cutáneas, como acné o eccema, que pueden empeorar con el uso de la mascarilla durante un tiempo prolongado.