Ser Padres

“La custodia compartida es un derecho de los menores”

¿En qué casos la pareja puede compartir la custodia de los hijos tras la separación y en cuáles no? Nos lo explica el mediador social, psicólogo y coordinador de Apertus Psicólogos, José González.

¿La custodia compartida es el mejor sistema para los niños?

Depende de cada situación, debe ser un traje hecho a medida. Lo adecuado es no prejuzgar que la custodia exclusiva es mejor que la compartida. Cada caso es idiosincrático, y el sistema de custodia se tiene que adaptar a la situación de los progenitores y los menores, pero me parece que tiene sentido modificar esa idea de que la mejor opción es la custodia exclusiva. Se trata de cambiar la base: considerar tan válida la compartida como la exclusiva, que la custodia compartida no se considere la excepción, aunque hay que ver en cada caso qué es lo mejor para el bienestar de los menores.

Para que esta fórmula beneficie a todos, adultos y menores, ¿es imprescindible que haya buena relación entre los padres o con que haya comunicación puede bastar?

No es necesario que la comunicación entre los padres sea excelente pero sí es necesario que sea lo suficientemente buena como para poder llevar a cabo ese sistema de custodia, una comunicación respetuosa con los acuerdos que han alcanzado.

¿Qué situaciones pueden hacer que no se recomiende una custodia compartida?

Por ejemplo, cuando uno de los dos padres vive en otro país u otra comunidad resulta complicado. Hay casos en que tras el divorcio uno de los dos se vuelve a su provincia de origen, que es distinta a la que viven sus hijos, y en esas circunstancias la custodia compartida habitualmente es inviable porque algo tan sencillo como a qué colegio irán los niños plantea un problema. Se debe tener claro que la custodia no es un derecho de los padres sino un derecho de los menores, y tiene que estar centrada en su bienestar.

Hemos pasado de un 10% de custodias compartidas en 2010 a un 21,3% en 2014. ¿A qué podría deberse?

Creo que tiene que ver con la asunción de la coparentalidad en la educación de los menores. Cada vez más los hombres se responsabilizan también del cuidado de sus hijos, lo que permite que los dos progenitores puedan desarrollar su vida personal tras una separación o divorcio. Además, a veces la custodia compartida evita el «síndrome de Papá McDonald's», que se asocia con ver a los hijos un fin de semana de cada dos y cuando los ves únicamente los llevas a merendar, no haces los deberes con ellos, no los llevas a los entrenamientos... En esas circunstancias es frecuente que los niños asocien ese progenitor a lo lúdico cuando lo ideal es que las dos figuras sean necesarias en todas las funciones parentales. Hay que ser educador, jugar con ellos, escucharles..., y eso en una custodia compartida suele ser más factible.

¿Cuál es el papel del mediador cuando la pareja opta por la custodia compartida?

Su papel es tratar de que las partes lleguen a un acuerdo que sea coherente con sus circunstancias personales y las de los menores. Su objetivo no es proponer una custodia compartida o exclusiva, sino tratar de que las partes lleguen a un acuerdo y adelantarse a posibles conflictos, de forma que lo acordado sea factible no solo a corto plazo sino también a medio o largo plazo.

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