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Epilepsia en niños: ¿son más frecuentes los ataques a una determinada edad?

Cuando diagnostican a nuestro hijo/a con epilepsia es común que surjan algunas dudas, especialmente relacionadas con los ataques epilépticos. ¿Pueden ser más comunes en determinadas etapas?

La epilepsia consiste en una afección que origina una descarga “eléctrica” anormalmente elevada en la compleja red de neuronas del cerebro. Estas convulsiones son repentinas e impredecibles, además de caracterizarse por ser breves y repetitivas.

Son crisis que reflejan la existencia de una desregulación transitoria y repentina de la actividad eléctrica cerebral. No obstante, los ataques epilépticos aparecen sin una causa identificada, o pueden llegar a estar vinculados a cualquier otra condición, como podría ser el caso de una infección, una enfermedad neurológica o un trauma.

Cuando los ataques se producen de manera repetitiva en el tiempo se habla de “enfermedad” epiléptica, consistente en la repetición espontánea de estos ataques a mediano o a largo plazo, los cuales deben ser distinguidos de los ataques aislados.

Lo cierto es que se trata de una condición muy común. De hecho, a nivel mundial, se estima que de 4 a 10 de cada 1.000 personas tienen epilepsia. En nuestro país, la Sociedad Española de Neurología (SEN) estima que cerca de 400.000 personas la padecen, aunque también consideran que alrededor de entre 600.000 a 700.000 la sufrirán a lo largo de su vida.

En los niños, la epilepsia infantil suele presentar algunas similitudes con la de los adultos, aunque es cierto que también tiene algunas diferencias notables. Por ejemplo, ciertos tipos de epilepsia son específicos de la infancia, y requieren tratamientos específicos. Además, dado que la maduración del cerebro aún está en curso, influyen tanto en la edad de aparición como en la propia evolución.

Los expertos consideran que las epilepsias benignas tienden a ser mucho más comunes en los niños en edad escolar. Es más, a menudo pueden convertirse en un buen augurio para un futuro sin crisis. Pero, ¿los ataques epilépticos pueden ser más frecuentes a una edad determinada?

¿Qué es exactamente la epilepsia?

Nuestro cerebro se encuentra formado por millones de células nerviosas que utilizan señales eléctricas con la finalidad de poder controlar las funciones, los sentidos y los propios pensamientos del cuerpo. Sin embargo, si las señales se interrumpen, la persona puede sufrir un ataque epiléptico (en ocasiones se conoce simplemente bajo el nombre de “ataque”).

Eso sí, es imprescindible tener en cuenta algo fundamental: no todas las convulsiones son epilépticas. Por ejemplo, existen algunas condiciones que pueden parecerse a la epilepsia al incluir desmayos (síncope) como consecuencia de la caída de la presión arterial, o ante la aparición de las convulsiones febriles debido a un aumento rápido y repentino de la temperatura corporal cuando el niño está enfermo.

Foto: Istock

Epilepsia en niñosFoto: Istock

Sea como fuere, este tipo de convulsiones no son ataques epilépticos porque no son originados por una actividad cerebral interrumpida.

Por tanto, la epilepsia consiste en una afección neurológica (es decir, que afecta tanto al cerebro como al sistema nervioso) en la que la persona tiende a padecer convulsiones, las cuales empiezan en el cerebro.

¿Por qué el niño puede tener epilepsia?

En realidad son varias las causas que pueden influir. Por ejemplo, algunos niños pueden desarrollarla como consecuencia de una lesión cerebral, ya sea por una lesión o un trauma grave en la cabeza, por una infección que afecte al cerebro (como la meningitis) o por dificultades en el momento del nacimiento.

No obstante, algunos científicos creen en la posibilidad de que exista cierta predisposición genética. Es decir, que la posibilidad de desarrollarla pueda ser genética hasta cierto punto.

Incluso cuando las convulsiones empiezan después de haber sufrido una lesión cerebral, o cualquier otro cambio estructural, en realidad esto podría deberse tanto al propio cambio estructural en sí como a la tendencia genética del niño a tener convulsiones combinadas.

¿Los ataques epilépticos pueden ser más comunes a una edad específica?

Se estima que los casos nuevos de epilepsia que se diagnostican cada año tienden a ser más comunes entre los niños, especialmente durante el primer año de vida. Así, la tasa de nuevos casos suele disminuir de manera gradual hasta los 10 años de edad, para luego estabilizarse.

No obstante, es a partir de los 55 años de edad cuando la tasa de nuevos casos comienza a aumentar, sobre todo a medida que las personas desarrollan enfermedad de Alzheimer, accidentes cerebrovasculares o tumores cerebrales.

Tanto la epilepsia como los ataques epilépticos pueden desarrollarse en cualquier persona y a cualquier edad, aunque los ataques en sí mismos tienden a ser más comunes en niños pequeños y en personas mayores.

Ocurriría algo similar con las convulsiones febriles en los niños pequeños, puesto que son más frecuentes en niños de entre 6 meses a 5 años de edad.

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