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¿Cómo saber si padezco fatiga pandémica?

La actual pandemia de coronavirus aún sigue causando estragos en muchas personas, principalmente niños, jóvenes y ancianos. Y la OMS ha alertado acerca de lo que ha denominado como "fatiga pandémica".

Trastornos de la concentración y del sueño, ansiedad, estrés… La fatiga pandémica puede convertirse en una realidad peligrosa porque, tal y como coinciden en señalar muchos expertos, podría llevar a algunos ciudadanos a dejar de respetar las distintas medidas sanitarias establecidas hasta el momento.

Y la propia Organización Mundial de la Salud (OMS) lanzó hace algunas semanas un llamamiento para que los gobernantes reaccionen y vuelvan a motivar a la población, a través de la publicación de un documento titulado “Fatiga pandémica: volver a motivar a la población para prevenir la Covid-19”.

Uno de los principales peligros que podría ocasionar esta fatiga pandémica es, principalmente, el de la disminución en la aceptación de las diferentes medidas implementadas por los gobiernos de todo el mundo.

¿Qué es y en qué consiste la fatiga pandémica?

Durante más de un año, los confinamientos, toques de queda, falta de interacción social, amenaza laboral, temores por el futuro y, sobre todo, el miedo a una enfermedad por momentos desconocida se ha convertido en nuestro día a día, especialmente desde que empezó la actual pandemia de coronavirus.

De acuerdo a la Organización Mundial de la Salud (OMS), la fatiga pandémica consistiría en una respuesta natural y esperada a una crisis de salud pública prolongada, provocada principalmente por las diferentes medidas restrictivas que tienen un impacto sin precedentes en nuestra vida diaria.

Se trata, como opinan los expertos, de una fatiga ligada a los diferentes aspectos angustiosos de la crisis de salud: problemas vitales relacionados con la propia salud (a los que, de hecho, nos encontramos continuamente expuestos), falta de vida social, deportiva y cultural, incertidumbres económicas, una organización bastante más complicada y, especialmente, la falta de una perspectiva clara.

Además, tanto la ansiedad como el propio cansancio tienden a acentuarse por las diferentes restricciones de las libertades que se prolongan y se acaban volviendo muy onerosas.

Foto: Istock

Síntomas de la fatiga pandémicaFoto: Istock

Lo cierto es que cualquiera puede sentir y padecer este tipo de fatiga. Los estudios, por ejemplo, han mostrado que los jóvenes son algunos de los que se han visto muy afectados por ella, dado que son los que tienden a experimentar esta restricción de libertades de la manera más frustrante.

Además, el problema puede ser algo mayor en una población que aún no ha entrado en el mundo profesional y aún no tiene rutinas a las que aferrarse. Los ancianos también se ven muy afectados, al verse privados tanto de sus familias como de algún apoyo social. Y, como coinciden en señalar los expertos, en los niños también puede tener un fuerte impacto psicológico.

¿Cuáles son los síntomas?

La angustia se caracteriza por ser uno de los síntomas más evidentes, la cual puede causar ansiedad y estrés. Es más, aunque se manifiesta de forma diferente en función de cada persona, puede manifestarse en ataques de ansiedad, insomnio o dificultades para concentrarse con normalidad.

Por ejemplo, también es posible que surjan otros síntomas como apatía, dificultades para conciliar el sueño y dormir con normalidad y, en ocasiones, algo de tristeza.

¿Qué podemos hacer para evitarlo?

Si crees que padeces síndrome de fatiga pandémica, o síntomas similares, a continuación te descubrimos algunos consejos útiles:

  • Mantén los mismos hábitos que mantenías antes. Por ejemplo, si teletrabajas desde casa trata de vestirte como hacías antes. En caso de ser posible, sal un rato a la calle para tomar un poco de aire fresco y, sobre todo, mantén horarios regulares.
  • Mantén el contacto con tus seres queridos. En resumidas cuentas, con todas aquellas personas que nos hacen bien, incluso en la distancia.
  • Tómate un tiempo para descansar. La relajación y disfrutar de nuestros hábitos favoritos, y también de nuestros ratos libres, es igualmente fundamental. De esta manera no tendremos la impresión de estar solo trabajando.
  • Trata de mantener una dieta saludable. La alimentación es imprescindible. De hecho, la falta de actividad física, unido a la ansiedad y angustia propia de aquellos momentos, motivaron que muchas personas engordaran durante las semanas que estuvimos confinados en casa. ¿La solución? Cambiar la alimentación y optar por una dieta mucho más nutritiva y saludable.
  • Practica ejercicio físico. De esta manera, el cuerpo tendrá más energía y el sueño será de mejor calidad. 

Eso sí, en caso de que sintamos la necesidad de seguirlo, una buena opción es solicitar un seguimiento psicológico real con un especialista.

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