Ser Padres

Cómo tener una custodia compartida sin problemas

¿Puede la custodia compartida afectar a los menores, aunque sea el primer principio de corresponsabilidad parental después de una separación?

El ejercicio compartido de la guarda y custodia de los menores en el ámbito de la crisis matrimonial supone la máxima expresión del principio de corresponsabilidad parental. Pero, ¿es una solución razonable? ¿Qué beneficios puede tener? ¿Puede perjudicar a los menores?

Este sistema fomenta la integración del menor con ambos padres y puede evitar que aparezca el sentimiento de pérdida o abandono por parte del progenitor que no obtiene la custodia. Sin embargo, la realidad suele ser bastante más compleja.

Cuando no hay acuerdo entre ambos progenitores se transforma en un régimen de alternancia de domicilios, algo que puede ser un factor más estresante que estabilizador. Otro factor muy importante a tener en cuenta es la edad del menor y por ende, el momento evolutivo del desarrollo en el que se encuentra. Se recomienda que hasta los seis o siete años se prime la estancia con el progenitor con el que el menor haya desarrollado su vínculo de apego. Otros factores importantes son la convivencia de los hermanos o la cercanía de los domicilios, siendo inviable cuando se encuentran en ciudades distintas.

Algunos consejos para poder llevar a cabo una custodia compartida:

  • Hacer entender a los niños que los padres les siguen queriendo.
  • Hablar con ellos sobre el sentimiento de abandono. Que entiendan que a partir de ahora van a tener una casa más y que van a vivir en las dos, unas veces con papá y otras con mamá.
  • Que la relación con la expareja sea cordial y fluida.
  • No discutir delante de los niños es el elemento más importante. Ellos se adaptarán a la nueva situación familiar en función de lo bien que se lleve esta parte de la nueva relación.
  • Es necesario que los padres utilicen métodos educativos similares y apropiados para la edad del niño. Es muy importante una disciplina consistente. Y los padres deben tener las mismas limitaciones respecto a "conductas aceptables del niño” en los dos hogares.
  • Jamás utilizar a los niños como mensajeros de los padres.
  • No utilizar a los pequeños para saber cosas sobre la vida de la expareja.
  • No son espías.
  • No hablar negativamente del padre o de la madre delante de sus hijos. Ante todo, para el niño, el excónyuge es padre o madre.
  • Permitir que los abuelos se relacionen estrechamente con sus nietos, pero dejando muy claro que la máxima autoridad son los progenitores.
  • Desprender a los hijos de la culpa que puedan sentir por la separación o el divorcio, mostrándoles que ellos con sus conductas no son culpables, que lo que no funcionó fue la relación de los padres como pareja conyugal.

Por Dña, Ana Arranz Requejo, miembro de Saluspot y psicóloga general sanitaria en Emotion Psicólogos Aranda de Duero.

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