Claves para prevenir la anemia
Alrededor del ocho por ciento de los niños en edad escolar y preescolar tienen pocos depósitos de hierro. Si no reciben este mineral, desarrollarán anemia.
A Marco, de 8 meses, le han detectado el hierro bajo en unos análisis de sangre. Su madre quiere prevenir la anemia: el pediatra le ha dicho que si no pone remedio será el siguiente paso. La anemia por falta de hierro afecta a un 2-3% de los niños, pero la ferropenia (el hierro bajo), afecta a prácticamente el 10% de los niños españoles menores de 20 meses.
¿Cuáles son las causas? ¿Por qué un niño sano, sin otra enfermedad que lo justifique, puede tener de pronto el hierro bajo? ¿Y cómo resolverlo?
Causas más comunes
Prevenir la anemia
La alimentación es la principal vía de prevención de la anemina por falta de hierro, o anemia ferropénica, siempre que no haya una enfermedad de fondo que requiera de otras acciones. Prevenir la anemia no consiste en buscar la lista de alimentos ricos en hierro, coger los tres primeros y meterlos en todas las comidas. El doctor Sierra aboga por el equilibrio en las comidas, ya que este equilibrio garantizará no solo que se ingiere el hierro necesario, sino también que se absorbe en el intestino. ¿En qué alimentos encontramos el hierro y con qué combinarlos para favorecer su absorción? ¿Qué combinaciones de alimentos debemos evitar?
El mejor hierro
Hay dos tipos de hierro: hemo y no hemo. El hierro hemo es el que proviene de alimentos de origen animal, los clásicos alimentos que siempre se han recomendado para la anemia: hígado, morcilla, carne roja... Sin embargo aunque efectivamente estos alimentos contienen buenas cantidades de hierro ya no se consideran los más apropiados para los niños dado que tienen otros efectos sobre el organismo, no tan beneficiosos. Entre otras cosas, son muy grasos.
La proteína animal sigue siendo la principal fuente de hierro, pero para que sea saludable debemos optar en los primeros años por la carne de ave, por ejemplo, aunque no tenga tanto hierro como las carnes rojas; también debemos tener muy en cuenta el pescado en la alimentación de los niños, los huevos...
Pero el hierro no está solo en los productos de origen animal. Hay muchas otros buenas fuentes de hierro no hemo a los que hasta ahora no se había dado demasiada importancia. “Son las legumbres, las verduras, los frutos secos... o los cereales enriquecidos con hierro”, apunta el doctor Sierra: “Tenemos recursos suficientes para prevenir la anemia”.
De nada servirá dar mucho hierro al niño si su organismo no lo absorbe. Para conseguirlo, hemos de tener en cuenta dos aspectos:
1.- Evitar darle los alimentos ricos en hierro con inhibidores de la absorción, por ejemplo la leche.
2.- Procurar ofrecerle estos alimentos con otros que potencien la absorción, como ocurre con todos los que tienen vitamina C. La vitamina C se encuentra sobre todo en frutas y verduras, por eso es importante que la alimentación sea variada, es decir que estas estén presentes en todas las comidas.
Medidas para prevenir la anemia a partir de los seis meses
- A partir de los seis meses ya podemos introducir cereales enriquecidos con hierro, especialmente si el bebé ha nacido prematuro o es de bajo peso.
- Debemos introducir una alimentación complementaria variada que incluya carne, pescado, huevos, legumbres, verduras, fruta...
- Conforme la alimentación complementaria se incremente debemos evitar introducir leche en las comidas principales, pues dificulta la absorción del hierro..
- Los niños no deben tomar leche pura de vaca antes de los 12 meses. Después de esta edad, entre el año y medio y los 8 ó 9 años se recomienda que tomen medio litro de leche al día y el resto de los lácteos pueden ser ingeridos en forma de yogures, queso, etc. A partir de esa edad, los requerimientos de calcio aumentan de nuevo.
- Incluiremos frutas o verduras en cada comida, con especial atención en las que tengan vitamina C, pues esta combinación ayuda en la absorción del hierro.
¿Qué hacer si finalmente desarrolla anemia?
Cuando aparece la anemia por falta de hierro, el pediatra investiga su origen. “Puede que el niño tenga una infección parasitaria que conlleve pérdida de sangre o enfermedades como la celiaquía”, apunta el doctor Sierra. Pero si ninguna otra causa está presente, entonces el origen de la anemia está en una alimentación mal planteada y el pediatra nos dará las pautas alimentarias junto a un suplemento de hierro.
¿Sabremos detectar cuándo nuestro hijo tiene anemia? Normalmente sólo las anemias severas tienen síntomas evidentes, como palidez, cansancio, sudoración, poco apetito, dificultad para concentrarse... La falta de hierro y la anemia leve pueden no tener manifestaciones claras, suelen ser detectadas por casualidad en un análisis. Por eso aunque no percibamos síntomas debemos tener muy en cuenta los dos periodos de riesgo para el desarrollo de la anemia; en ellos debemos prestar especial atención a la alimentación del niño y poner unas buenas bases, para toda la vida.
Lo que no debemos hacer nunca, sin embargo, es darle suplementos de hierro por nuestra cuenta. La ingesta de hierro tiene sus efectos secundarios. El tratamiento con hierro cuando no hay anemia “no tiene ninguna ventaja”, apunta el doctor Sierra.