Ser Padres

Cómo ayudar al niño a madrugar tras las vacaciones

Durante las vacaciones los niños suelen levantarse tarde. Ahora toca volver al colegio y madrugar. Algunos consejos prácticos te servirán para hacérselo más fácil.

El sueño es un proceso biológico con diversas fases en el que hay un inicio –dormirse– y un final –despertarse–. En este proceso intervienen factores como las hormonas, la temperatura corporal o la luz. También puede ser provocado por estímulos externos como las palabras o el tacto que interrumpen, de repente, la fase del sueño en la que nos encontremos. Cuando despertamos al niño de forma artificial y anticipada, estamos cortando de manera brusca una fase del sueño profundo. Por eso es lógico que un niño tarde en espabilarse, y que se levante cansado, de mal humor o, incluso, sin apetito.

Cuánto necesita dormir

Aunque las horas de sueño necesarias dependen de la edad, lo ideal es permitir que el niño se despierte solo o, si lo haces tú, despertarle al final de un ciclo de sueño. Para ello es imprescindible conocer cuánto necesita dormir.
Prueba a anotar, durante el fin de semana, el número de horas semanales que duerme de media. Si cuentas hacia atrás las horas que necesita a partir del momento en el que debe despertarse, podremos calcular la hora a la que tiene que irse a la cama para que su despertar se realice de forma espontánea y esté descansado.

Un pequeño ritual

¿Has pensado en convertir el momento de levantarle de la cama en un pequeño ritual? Así, además, favoreces un despertar natural.
 

4 consejos para conciliar el sueño

Alimentos ricos en triptófano: Plátano, avena, leche caliente, semillas de lino o almendras son los mejores alimentos para regular los ciclos de sueño y vigilia, y el estado de ánimo en esta época, ya que son ricos en triptófano y ayudan a la síntesis de la serotonina y la melatonina principales controladores del sueño.

Consumir fruta: Es recomendable la ingesta de alimentos ricos en vitamina C que ayudan a mantenernos despiertos, kiwis preferiblemente por la mañana, y plátanos por la tarde, que por su contenido en magnesio actúa como relajante muscular. También es recomendable la piña y el aguacate.

Adelantar las cenas: Los tiempos de las comidas también pueden verse afectados por este cambio y adecuarlos a la nueva hora es fundamental. Una buena opción para ello es cenar un par de horas antes de lo acostumbrado y hacerlo de forma más ligera y sana, lo que facilitará el descanso y evitará que nos vayamos a dormir con pesadez o molestias.

Realizar ejercicios suaves: La actividad física también ayuda a adaptarse a los cambios de horario pero hay que tener en cuenta que por las mañanas al levantarse se debe realizar un ejercicio más dinámico, mientras es preferible una actividad más suave o de mantenimiento a media tarde y con luz natural.
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