Beneficios de aprender un segundo idioma en la infancia
Como han demostrado muchos estudios, aprender un nuevo idioma a una edad temprana tiene más beneficios de los que podríamos llegar a imaginar en un primer momento. Pero, ¿cuáles son exactamente?
Hace pocos años, un estudio llevado a cabo por la Escuela de Medicina de Harvard concluyó que enseñar un nuevo idioma, como el inglés, a un niño es muchísimo más fácil que a un adulto. Esto es debido a que, cuando somos más mayores, es mucho más complicado asimilar nuevas palabras para una gran mayoría de personas. Algo que, sin embargo, no ocurre cuando somos pequeños y aprendemos ese nuevo idioma a una edad más o menos temprana.
Mientras que, en enero de este mismo año, se publicó un estudio en la revista Scientific Reports, en el que participaron 127 adultos, y que permitió, a los investigadores, identificar dos beneficios cognitivos para los primeros bilingües (es decir, para quienes aprendieron dos idiomas en la infancia).
La primera es su capacidad para notar e identificar cambios visuales a un ritmo mucho más rápido, en comparación con aquellos que aprendieron un segundo idioma un poco más tarde. La segunda ventaja tiene que ver con tener un mayor control sobre su capacidad para cambiar su atención de una imagen a otra, lo que podría deberse a la práctica de “cambiar” rápidamente entre dos idiomas.
Dado que la infancia se convierte en una etapa realmente positiva para aprender, enseñarle al niño/a un nuevo idioma moderno, como el inglés o el francés, ofrece y tiene distintas ventajas. Y es que hablar y comprender más de un idioma puede abrir un mundo de oportunidades, especialmente en la juventud y en la etapa adulta. Pero sus beneficios no se quedan ahí.
Puede ayudar a estimular la función cerebral
Aprender un segundo idioma es muy bueno para el desarrollo del cerebro de los niños. Los ayuda a ser mejores en la resolución de problemas, planificación, concentración y en llevar a cabo actividades multitarea.
Por ejemplo, un estudio publicado en el año 2009, encontró que “los bebés inmersos en un entorno bilingüe han demostrado su funcionamiento ejecutivo avanzado desde los 7 meses de edad”, en comparación con sus compañeros que solo saben un único idioma.

Aprender un idioma es muy positivo para los niños
Estos beneficios, incluso, podrían continuar en la etapa adulta (por ejemplo, en la vejez), al prevenir los diferentes trastornos cerebrales que comúnmente se presentan a mitad de la década de los 60 años de edad.
Esto se debería a que saber más de un idioma puede contribuir a mejorar la capacidad del cerebro para improvisar y encontrar alternativas de hacer un trabajo, mejorando lo que se conoce como la reserva cognitiva. De esta manera, se sabe que las personas que conocen dos idiomas incluso podrían evitar la aparición de la demencia y del Alzheimer un promedio de cuatro años más, en comparación con las que hablan un solo idioma.
Ayuda a fomentar la empatía
Se ha descubierto que los niños que crecen con al menos dos idiomas tienen una mayor comprensión social. Podemos mencionar, por ejemplo, un estudio publicado en el año 2013, que encontró que “los niños comprenden mejor las perspectivas, pensamientos, deseos e intenciones” de los demás, en comparación con los niños que saben únicamente un idioma (el propio).
De acuerdo a este estudio, “parte de esta fortaleza tiene que ver con un sistema de lenguaje mucho más robusto, capaz de detectar más fácilmente ciertas características de la comunicación, como el ritmo del habla, la prosodia o el tono de voz”.
Dicho de otra forma, “se plantea la hipótesis de que esta experiencia de desarrollo es diferente de la de los niños que solo saben un idioma, al facilitar una comprensión más sólida de la perspectiva o teoría de la mente de otra persona”.
Pero, como manifiestan los propios investigadores, por sí sola, la empatía no es suficiente para que pueda ser considerada un único beneficio. Es importante saber cómo lidiar con estos sentimientos, y poder distinguir las propias necesidades individuales de las necesidades de los demás.
Mayor ventaja académica
Por otro lado, los estudios también han mostrado que, cuando un niño aprende un segundo idioma, muestran un progreso acelerado cuando aprenden a leer, en comparación con sus compañeros, lo que podría tener una ventaja en la escuela, incluyendo la alfabetización.
También podrían tener puntuaciones más elevadas en las pruebas realizadas en la adolescencia y en la juventud, por ejemplo, en el instituto y en la universidad. Y tienen, además, una base muchísimo más sólida para aprender más idiomas en el futuro.