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¿Cómo prevenir que mi hijo tenga hongos o infecciones en verano?

Son las llamadas “infecciones de piscina” y los niños pueden cogerlas especialmente en verano. Mira aquí cómo prevenirlas.

El verano suele ser la época en la que más se acude a las piscinas, en la que se utilizan zapatos abiertos y, en definitiva, en la que mayormente sufren los pies. Por eso no es mala idea aprovechar el momento para poner atención en ellos y así prevenir problemas, especialmente en los más pequeños de la casa.

Durante los meses calurosos, además del buen tiempo y las vacaciones, también llegan las llamadas “infecciones de piscina”, como los hongos, los papilomas y los moluscos. Si queremos disfrutar de un buen verano y que los niños también lo hagan, lo mejor es prevenirlos. Para ello, veamos por qué pueden aparecer y algunos consejos de prevención.

Los hongos aparecen por sí solos cuando se dan unas condiciones concretas: principalmente la humedad y la falta de transpiración. Es entonces por ello que aparecen con mayor probabilidad a lo largo del verano, porque debido al calor hay más sudoración. Los pies sudan más, se genera más humedad y es cuando es probable que aparezcan los hongos. Además, esa probabilidad se incrementa cuando se tiene una patología de antes, como puede ser una uña levantada.

Por otra parte, para evitar los papilomas, hay que tener cuidado en los lugares públicos a los que vamos y, sobre todo, a los que vayan los niños. Hay que fijarse en si los peques tienen alguna pequeña herida en sus pies porque esto hace aumentar el riesgo.

También hay que tener en cuenta otros factores como que el agua de las piscinas para niños pequeños suele tener una temperatura más alta porque suelen tener menos profundidad. Asimismo, muchos niños pequeños puede que no controlen del todo sus esfínteres todavía y aunque el agua esté tratada, el riesgo de que microorganismos patógenos puedan aparecer, aumenta.

No obstante, por lo general, los problemas se dan cuando el método para desinfectar el agua no es el adecuado o cuando el peque entra en contacto con otros focos, como los pequeños charcos que quedan en los platos de duchas o en vestuarios comunes. De ahí la importancia de ir siempre calzado. Veamos cómo detectar si los niños los están padeciendo y algunas recomendaciones.

Señales para detectar hongos

  • Picor de pies y entre los dedos.
  • Rojeces en algunas partes.
  • Descamación o aparición de gritas con dolor.
  • Los pies desprenden calor y mal olor.
  • Uñas decoloradas, también con mal olor, frágiles y separadas. Incluso pueden enrojecerse o inflamarse.

Signos para detectar papilomas

  • Dolor de pies y sensibilidad al andar o permanecer de pie.
  • Aparición de una especie de puntitos negros.
  • Piel dura y callosa.

Consejos para prevenirlos

Para evitar contraer alguna de estas infecciones existen algunas recomendaciones que podemos seguir:

  • Lo primero y más importante es tener una buena higiene. Para ello, hay que lavar los pies cada día y secarlos bien. Es crucial prestar atención al secado, sobre todo, fijándose en la humedad que pueda haber entre los dedos.
  • Si se utilizan calcetines, los ideales son los de fibra natural, como los de algodón o hilo, porque favorecen la transpiración de los pies. Mejor evitar los de fibra sintética.
  • Del mismo modo, lo mejor es usar zapatos que sean cómodos y también transpirables.
  • Cuando se acuda a lugares como piscinas públicas o zonas en las que haya agua estancada, se debe usar siempre chanclas.
  • Es importante no abusar del uso de ese calzado fuera de esos lugares.
  • No es conveniente compartir toallas, ni tampoco el calzado. Más aún con alguien que ya sabemos que ha contraído alguna de las infecciones que hemos visto. 
  • Si se detecta que ya han aparecido, lo adecuado es tratarlos cuanto antes para evitar que se hagan más resistentes.
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