Ser Padres

Cómo conseguir que tu hijo recoja sus juguetes sin tener que decírselo

No es un camino fácil ni corto el que debes cruzar para llegar a la meta, por lo que la paciencia, la empatía, el ejemplo y la comunicación son esenciales para ello, como a la hora de inculcar cualquier otro hábito positivo en tu hijo.

Obligar no es el camino. No lo es con nosotros los adultos, que siempre que tenemos que hacer algo por imposición torcemos el gesto; en cambio, si hay una razón bien argumentada para ello, incluso cuando no nos gusta o no nos apetece hacerlo en ese momento, transigimos con mejor cara porque entendemos que está justificado. Pues algo parecido, pero acrecentado por las circunstancias propias de la niñez, es lo que ocurre con los niños y las “obligaciones”, como es el caso de recoger sus juguetes.

Si eres padre o madre de un niño autónomo, que no es un bebé, ya habrás comprobado esto que te hemos expuesto en la entradilla de esta pieza: solo acceden a algo que es obligatorio por imposición o porque se les premia con algo positivo para ellos después de hacerlo. Por su propia decisión, no recogen sus juguetes niños de dos, tres, cuatro, cinco o seis años incluso. Pero nadie dijo que el camino fuera corto y libre de piedras y cuestas; es largo y duro pero es factible alcanzar la meta, que no es otra que conseguir que en algún momento, cuando hagan clic, unos antes y otros después, asuman responsabilidades como esta motu propio o cuando se las pedís, por favor, una vez.

Dado que la responsabilidad tiene que ver con reconocer y asumir como propia una tarea determinada y, por ende, las consecuencias que tiene no hacerlo, es imprescindible tirar de paciencia y comunicación para que un niño aprenda a recoger sus juguetes por sí mismo.

Comunicación y ejemplo

Lo primero es entender en qué etapa madurativa está el niño: no parece lógico creer que un peque de dos o tres años lo hará. Puede ser que, si les motiva y tienen buenos ejemplos en los adultos de la casa, que cuando recojáis -igual que cuando barréis, por ejemplo-, ellos directamente se animen a hacerlo con vosotros en cuanto les pidáis colaboración, pero es altamente improbable, por no decir imposible, que por ellos mismos guarden un juguete antes de sacar otro o que recojan al final de la sesión de juego si es que optáis por esta vía, a priori más sencilla de explicar a los peques y que estos la asimilen.

Por lo tanto, es necesario explicarles una y mil veces por qué deben recoger sus juguetes al terminar de jugar y siempre hay que hacerlo en clave positiva: para protegerlos y cuidarlos mejor y que así duren más, para saber dónde están en el momento en el que quieren usarlos de nuevo, para que no haya cosas por medio y tropecemos, para tener espacio para poder jugar a lo que saquen después.

A esto hay que añadir el ejemplo: tendréis que recoger en equipo durante mucho tiempo para que vayan asimilando la tarea de forma natural. Y esto no implica ir detrás de ellos guardando bien aquello que acaban de recoger ellos -si hacéis esto, es mejor que les expliquéis con cariño por qué no va en dicho sitio o no se guarda así y dejar que ellos lo metan en el lugar correcto-.

Dependiendo de la edad, podéis invitarles a recoger uno de los juguetes y, poco a poco, ir ampliando su cuota de “trabajo” en la tarea hasta que la asimilen por completo. El ejemplo es fundamental para el aprendizaje de hábitos que queráis inculcar en ellos: desde comer fruta hasta atender a sus mayores, lavarse los dientes o recoger sus juguetes. En todo.

Busca soluciones de almacenaje cómodas para ellos

Por otro lado, un consejo que te damos para que tu hijo recoja sus juguetes es que se lo pongas fácil. Esto es, que no le obligues a utilizar estanterías donde todo esté perfecto, sino que intentes distribuir la zona de juegos con cajas y baldas donde puedan guardar todas sus cosas de ocio con facilidad y rapidez, dos factores decisivos para que la tarea no les genere un rechazo que sea imposible de evitar. Y si añadís a su colección de juguetes algo que les sirva para transportar y recoger más juguetes pequeños de golpe, mejor que mejor: las excavadoras, los camiones o los carritos de la compra son grandes aliados.

Y, por último, no os olvidéis de reforzar y valorar el trabajo y la predisposición de vuestro hijo a recoger sus juguetes cuando así sea. Es fundamental reforzar sus conductas positivas y no necesariamente hay que hacerlo con premios materiales: la fuerza de los gestos de cariño y de las palabras de sus padres son un refuerzo sobresaliente para su autoestima.

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