Niños con asma: una casa a prueba de ácaros
La alergia a los ácaros es la alergia doméstica más común y una de las causas de asma más frecuentes en niños. Estos consejos te ayudarán a mantener alejados de tu niño o tu bebé a los ácaros.
En los países desarrollados, la higiene contribuye a que el sistema inmunológico se haga perezoso y a producir anticuerpos que propician la alergia. La herencia genética influye en la aparición de las alergias: si en la familia hay más alérgicos, hay más probabilidades de que el niño también lo sea.
La alergia puede aparecer en cualquier momento de la vida, pero la máxima incidencia se produce durante la infancia y la juventud.
Si tienes en casa a un niño alérgico a los ácaros, tendrás que tomar ciertas medidas de precaución, ya que esta enfermedad puede deteriorar mucho la calidad de vida.
La cama y la cuna
- Conviene enfundar los colchones y almohadas con fundas antiácaros, y lavar esas fundas cada tres o seis meses a 60 grados.
- También hay que lavar las sábanas, mantas y toda la ropa de cama con agua caliente, y cambiarlas con frecuencia (al menos una vez a la semana).
- Se recomienda dar la vuelta al colchón una vez a la semana y pasarle la aspiradora, con especial atención a los bordes.
- Las colchas simples acumulan menos polvo que los edredones.
Los peluches
- Si tu niño o tu bebé tiene asma, es preferible retirar los peluches y cojines de su habitación.
- Si hay peluches en casa, se pueden meter en el congelador durante una noche y luego se lavan, ya que los ácaros del polvo no toleran temperaturas de congelación.
- Otra alternativa es que el niño tenga sólo peluches que se puedan lavar a 60º.
Alfombra
La mayoría de los doctores recomiendan eliminar las alfombras de las zonas de juego del niño. Las alfombras acumulan mucho polvo y los niños pequeños juegan mucho en el suelo.
Si hay alfombras en casa, es mejor que sean de pelo corto. Se limpian pasándoles la aspiradora cada dos o tres días.
Limpiar el polvo
Lo mejor es limpiar el polvo con un paño húmedo y aspirar la habitación. Las escobas y plumeros tienden a levantar el polvo sin eliminarlo.
Las estanterías cerradas son mejores que las abiertas. Y sin sillas tapizadas ni sofás, la habitación del niño sigue siendo muy acogedora. Es mejor tener pocos adornos en el cuarto, porque acumulan mucho polvo.
Las cortinas
Conviene lavarlas al menos cada tres meses y evitar tener cortinas gruesas en casa.
Aire limpio
- Si hay un niño asmático en casa, es muy importante ventilar la casa lo suficiente. Lo ideal sería abrir las ventanas al máximo tres o cuatro veces al día o una hora por las mañanas.
- Si es posible, conviene reducir la humedad ambiental en la casa por debajo del 50%.
- Y, por supuesto, no se debe permitir que nadie fume en la casa de un niño alérgico (tampoco en las de los demás niños).