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Cómo preparar a los niños para una mudanza

Si se aproxima una mudanza familiar, debes tener en cuenta a tus hijos. Si quieres ayudarlos a afrontar la situación, toma nota de estos consejos.

Para los adultos es una situación estresante, pero para los más pequeños también, y a veces, incluso más. Ya no solo por el hecho de empaquetar todas sus cosas en cajas, sino, porque despedirse de todo puede suponer una amenaza para ellos. ¿Cómo podemos preparar a los niños para la situación y que no la sientan como algo negativo?

¿Cómo preparar a los niños para una mudanza?

Para superar las mudanzas de manera correcta, se necesita mucha y buena organización. Pero también, anticipación. En el caso de las emociones que puedan sentir los niños conviene no dejarlas de lado y atenderlas desde el principio.

Para ello es muy importante tomarse un tiempo para explicarles a los niños las razones por las que os vais a mudar. Es esencial conversar en familia para que no sientan que están fuera de la decisión y que además puedan expresar sus emociones (de tal forma que puedan explicar qué es lo que les preocupa o asusta).

En el lado de los padres, también es relevante que mantengan la calma y el positivismo. Y aunque tengan cierta ansiedad y estrés, deben procurar no transmitir esos sentimientos a sus hijos. Por eso es tampoco recomendable no tener discusiones delante de ellos.

Para que los niños entiendan que ellos forman parte del proceso, puedes encargarles alguna tarea o responsabilidad, siempre pensando en su edad, claro. Por ejemplo, armar cajas, cerrarlas, recoger su armario… Intenta que también saquen algún momento divertido de todo esto. Para ello puedes pedirles que se encarguen de dibujar sobre las cajas para identificar cuáles son las suyas, o de que hagan etiquetas personalizadas para todos, por ejemplo.

Fuente: iStock

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Un punto que puede servir de ayuda al llegar al nuevo hogar es colocar antes de nada los objetos que den un aire de familiaridad. Para ello puedes preguntarles a los niños cuáles son sus objetos favoritos, para empaquetarlos en cajas visibles y que sean los que se tengan más a mano los primeros días.

Algo que también les hace participar en el proceso de la mudanza es dando sus ideas para la decoración de sus nuevas habitaciones. Además de que esto les dará algo de motivación. Aprovechando que tendrán que recolocar sus cuartos, puede ser un buen momento para deshacerse de objetos que no utilizan tanto o que no son tan útiles. No obstante, se debe tener cuidado con esto, tampoco se debe obligar a ello porque para ellos puede ser una acción algo angustiante.

Una buena idea es planear una visita al nuevo barrio o ciudad donde van a vivir y recorrer los lugares que puedan gustarles, ya sean parques, plazas, colegios… Y destacar las cualidades positivas que tiene el nuevo lugar. Claro, sin idealizarlo en exceso y crear falsas expectativas.

Por supuesto, también se debe intentar comprenderles. No todas las personas aceptan los cambios y se adaptan a ellos de la misma manera, por ello es importante que comprendas a cada uno de tus hijos.

Si se puede elegir el momento de la mudanza considera la situación vital de cada uno, por ejemplo, si el peque más pequeño está dejando los pañales o aprendiendo a dormir solito en su cama es preferible que no coincida justo con el cambio porque puede suponer un retroceso en sus logros. Si se trata de tu hijo adolescente, ponte en su lugar y comprende que llegar a un nuevo colegio y tener un nuevo grupo de amigos puede ser complicado a esas edades.

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