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Un Guardia Civil evita un suicidio por acoso escolar gracias a Twitter

Un Guardia Civil evita a través de Twitter el suicidio de una joven que sufría bullying.

Marta Moreno

La sociedad cada vez está más concienciada con el acoso escolar. Pese a ello, las cifras de bullying siguen siendo muy elevadas y, lo que es peor, sigue habiendo menores que recurren al suicidio cuando la situación es insostenible.

En la época de las nuevas tecnologías y las redes sociales, por suerte, la ayuda puede llegar de forma inmediata. Y eso es lo que pasó con esta joven de Málaga.

Se puso en contacto a través de su cuenta de Twitter con la Compañía de Seguridad Ciudadana de Ceuta para anunciar que no podía más y que se iba a quitar la vida. Por suerte, el tweet en cuestión fue leído por el community manager de la compañía, que a esa hora se encontraba viajando en AVE desde Madrid hasta Málaga.

La suerte a veces se pone de nuestra mano. Raúl Narváez, además de ser community manager, tiene el título en psicología y leyó el mensaje de alerta de la joven. Aunque al principio dudó de la credibilidad del mismo, afirma que decidió creer todo lo que estaba leyendo por la gravedad del asunto.

Y así, decidió contestar al tweet desde su cuenta personal ofreciendo toda su ayuda a la joven que estaba decidida a quitarse la vida y comenzaron a hablar por mensajes directos. Raúl fue capaz de que la chica se acostase y durmiera un poco quitándose de la cabeza la idea del suicidio.

Por supuesto, al día siguiente se dirigió al centro educativo de la chica y habló personalmente con la psicóloga. Ella era consciente de que procedía de una familia desestructurada y que tenía dificultades en el aprendizaje, pero no tenía constancia de los continuos abusos que sufría por parte de sus compañeros. Los pantallazos del Whatsapp de la chica que entregó el Guardia Civil fueron cruciales para empezar a actuar contra ello. En los mismos se pueden leer insultos y acusaciones: “puta, muere”, “tú sabes bien que estorbas, ni tu madre te quiere” o “ballena”.

El caso se entregó a los servicios sociales y se activó el protocolo contra el acoso escolar en ese centro. Los agentes, además, se dirigieron a casa de la joven (que no había ido ese día al colegio por estar enferma) y solo cuando escuchó la voz de Narváez accedió a abrirles la puertas y contarles lo que estaba pasando.

De momento, Raúl sigue intentando quitarle de la cabeza las ideas de suicidio y ayudándola en todo lo que puede a título personal.

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