Ser Padres

¿Cómo aprenden a leer los niños?

Atrás quedó el “mi ma-má me mi-ma”. Aprender a leer es ahora mucho más divertido. Hablamos sobre los diferentes métodos que se emplean para que los niños descubran qué se esconde detrás de las letras.

Belén Juan

No te decimos nada nuevo si afirmamos que para iniciar a los niños en la lectura existen varias metodologías. Lo que a lo mejor te suena menos es que en los últimos años impera el método fonológico. ¿Quieres saber en qué consiste? Te lo contamos. Este método consiste en presentar a los niños las letras como onomatopeyas, es decir, asociando cada una con su sonido característico.

De hecho, cada letra es un personaje con unas características que facilitan su recuerdo: una historia, una canción, un sonido y un gesto. Así, la “t” es la doctora que usa un “t, t, termómetro” y en cuya mesa hay unas tijeras (el gesto en este caso son las tijeras). La “p” es el “panadero” que toca la puerta así: “p, p, p” (golpes sobre la mesa).

Poco a poco, los pequeños conocen “cómo habla cada letra” y cuentan con muletillas para su recuerdo.

¿Se visten las letras de gala? Sí. Todas tienen su traje para los días más especiales- ¿Sabes cuál es? ¡Exacto! Su mayúscula.

A las letras no les gusta estar solas y se “dan la mano” unas a otras formando palabras con significado: “papá”, “poco”, “pío” son algunas de las palabras que nuestra amigo el “panadero” puede hacer en compañía de las demás letras amigas.

En este punto es muy importante que los pequeños comprendan lo que leen, ya que combinaciones de letras hay muchas, pero es que cada palabra es una unidad de significado, es decir, que representa en sí misma un aspecto de la realidad. Por ejemplo: ¿qué es “pío”? “Pío” es la forma en la que hablan los pollitos.

A través de la historia de cada letra y sus relaciones con las demás se trabajan temas transversales como la solidaridad, la empatía... Por ejemplo, “las vocales se llevan bien con todas las demás letras y siempre les dan la mano”.

Una vez que van leyendo cada vez con más fluidez y comprendiendo lo que leen, el esfuerzo que tienen que hacer para leer decrece.

Así, ya no hay que leer letra a letra recreando sonidos, sino que las palabras se van reconociendo como “bloques” de significado. Es decir, leyendo las primeras sílabas de una palabra dentro de un contexto el niño va a empezar a inferir el resto, facilitando la lectura (por ejemplo, en un cuento medieval, si empezamos a leer “prínci...” lo más probable es que la palabra que tengamos delante sea “príncipe “).

La escritura enlazada, en un comienzo, facilita la lectura porque visualmente es más sencillo identificar qué letras van unidas a otras formando palabras. Más adelante los niños podrán leer identificando muy diferentes estilos tipográficos.

No te olvides que aprender a leer y escribir es la base para un posterior desarrollo académico exitoso. De hecho, difícilmente nuestro hijo podrá continuar su aprendizaje si no tiene bien afianzadas estas bases, y tampoco podrá afianzar su autoestima. Leer y escribir abre puertas al mundo del conocimiento y puede llenar de deliciosa compañía muchas horas de su vida, más allá de lo puramente académico.

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