Hábitos útiles para mejorar la autoestima de tus hijos
Tener una buena autoestima es fundamental en nuestras vidas. Por eso debemos ayudar a los peques a potenciar la suya propia. Mira aquí algunas claves.
Como todos sabremos, que las personas tengan una buena autoestima y sepan cuidarla es de lo más importante. Y qué importante que los niños empiecen a cuidar la suya propia desde que son bien pequeños. En este sentido, los padres tienen trabajo en ello y pueden ayudarlos enormemente. Veamos algunas prácticas que pueden ser muy útiles.
La autoestima, al fin y al cabo, es fundamental en nuestras vidas: influye en nuestras relaciones con los demás -con familiares, pareja y amigos-, afecta a nuestra vida académica y profesional, y lo más importante, a nuestra propia autovaloración. Es la base de nuestra felicidad.
Y es que, no se trata de algo que haya cultivar en la etapa adulta, la autoestima hay que trabajarla y cuidarla desde que somos pequeños. De ahí que los padres tengan una misión importante en este sentido. Pero no se trata de agobiarse o presionarse con ello, solo hay que pensar que somos los primeros en querer lo mejor para los niños y en que es una oportunidad para aprovecharlo. A continuación, vemos algunas claves para fomentar la autoestima infantil.
Hábitos útiles para que los niños tengan buena autoestima

madre e hija
- No enfoques las cosas desde el punto de vista del miedo. Si no dejas hacer algo a tu hijo, piensa desde dónde te estás enfocando. ¿No le dejas hacer eso porque te da miedo o porque realmente debe seguir esa norma por la edad que tiene?
- Intenta evitar los reproches con el verbo “ser”. Aunque parezca que no, comentarios como “eres muy desobediente”, “eres muy vaga”, “eres un desorganizado” a la larga pueden dejar una marca que precisamente no queremos. Quizá es mejor utilizar “hoy no has ordenado tu habitación” u “hoy no has hecho los deberes como deberías”.
- Sé un buen ejemplo. No hay mejor forma de conseguir que tus hijos sean organizados que siéndolo tú también. Y eso se puede aplicar a todo, a ser responsables, amables, activos…
- No le valores según el resultado, sino con el esfuerzo. Si tu hijo se ha esforzado mucho en algo, ha sido constante, responsable y organizado, valora más eso que lo que haya conseguido o dejado de conseguir.
- Busca lo mejor para el peque, aunque implique “menos comodidad”. Aunque pueda resultar más fácil tener a un niño viendo la tele o jugando con el ordenador, haz el esfuerzo y busca ratitos para que se mantenga activo y haga alguna actividad física.
- Si te cuenta algo o te cuestiona alguna cosa, escúchale. Normalmente, lo que cuentan los niños es mágico y su mente puede ser maravillosa. Por lo que, intenta escucharlo por muy “absurdo” que te parezca, le ayudará a sentirse comprendido y querido. Por supuesto, es fundamental que valores sus emociones y sentimientos, si el niño tiene algún problema, para él tendrá mucha importancia.
- Ponte en su lugar. Cuando vayas a valorar algo que ha hecho o algo que te esté proponiendo, piensa en cuando tú estabas en su posición. Seguro que te resulta más fácil comprender su esfuerzo estudiando o sus ganas de pedirte que si se puede quedar más tiempo con sus amigos, por ejemplo.