Un padre nos da una lección vital con su reacción ante una pataleta de su hija
Pongámonos en el papel de los pequeños y tratemos de comprender sus rabietas para ayudarles a superar esta etapa tan común.
Se llama Justin Baldoni, es un actor estadounidense y papá de una niña de dos años llamada Maiya. A partir de ahora, le recordaremos por darnos una importante lección vital acerca del comportamiento de los papás cuando nuestros hijos tienen una rabieta (sobre todo, cuando se produce en algún lugar público).
Justin ha publicado una fotografía en la que se le ve junto a su hija y su padre y que, tal y como él mismo ha definido, se ha convertido en su favorita. En la misma aparece la niña tirada en el suelo del supermercado en medio de una rabieta, mientras los dos hombres permanecen a su lado, de pie y con toda la tranquilidad del mundo esperando a que se le pase.
¿Qué tiene de especial entonces? El texto que acompaña a la fotografía nos ha dejado enternecidos con la reacción que, a menudo, tenemos los padres ante las rabietas de los pequeños.
Pese a todos los consejos para poder llevarlas lo mejor posible, a todos se nos agota la paciencia en alguna ocasión y tendemos a no entender por qué se ponen así e, incluso, a avergonzarnos cuando lo hacen delante de mucha gente.
En el texto, Justin transmite todo lo que le enseñó su padre cuando él tenía las mismas rabietas que ahora tiene su pequeña. Lejos de avergonzarse de ella, nos enseña a que hay que comprender a los niños porque sus enfados no son más que parte del aprendizaje propio de su edad y una forma de poder canalizar toda la información que les llega del mundo. “Mi padre siempre me dejaba sentir lo que necesitase sentir, aunque fuese en un lugar público y embarazoso. Nunca me dijo ¡no llores! o ¡me estás avergonzando!”.
Además, afirma que, al igual que con los niños, también deberíamos ser un poco más pacientes con nosotros mismos porque, tal y como dice, “llorar cuando sentimos la necesidad, podría dejar que sintiéramos más alegría y tranquilidad”.
Este es el texto completo que comparte junto a la fotografía:
"Ayer intenté mantenerme lejos de los medios sociales para poder conectar con mi familia sin distracciones y por eso publico esto hoy. Emily nos hizo esta foto en la tienda Whole Foods. Se ha convertido es una de mis fotos favoritas con mi padre. Dos hombres, de pie, uno al lado del otro, en silencio, unidos y enlazados por el incondicional amor del uno por el otro, y esta nueva y pura alma por la que ambos iríoamos hasta el fin del mundo. Me puedo imaginar cuántas veces hice esto cuando tenía su edad. Mi padre me enseñómucho sobre lo que significa ser un hombre, pero este post va sobre una cosa y solo una cosa. Estar cómodo en lo incómodo. Algo con lo que crecí viendo cómo lo hacía él una y otra vez. No hay padres perfectos, pero mi padre me enseñó una cosa: no eduques basándote en lo que los demás piensan. Mi padre siempre me dejó sentir lo que necesitase sentir, incluso si era en público o lo avergonzaba. No recuerdo nunca oírse "Me estas avergonzando" o "No llores". No fue hasta hace poco que me di cuenta de lo importante que fue aquello para mi propio desarrollo emocional.
Nuestros niños están aprendiendo y procesando mucha información y no saben qué hacer con todos estos nuevos sentimientos que aparecen. Trato de acordarme para asegurarme de que mi hija sabe que está bien que sentir profundamente. No es embarazoso para mí cuando tiene berrinches en la tienda de comida, o grita en un avión. Soy su padre... no el tuyo. No nos sintamos avergonzados por nuestros hijos. Lo que ocurre no es un reflejo de ti. De hecho, probablemente deberíamos ser un poco más amables y pacientes con nosotros mismos también. Si dejásemos salir todo lo que sentimos y nos dejásemos tener berrinches y llorásemos cuando sentimos la necesidad, tal vez también podríamos sentir más alegría y felicidad. Y eso es algo que este mundo definitivamente podría usar un poco más.”