Ser Padres

Recomendaciones a la hora de elegir disfraz infantil

No te pierdas nuestros consejos para elegir un disfraz con el que el niño pueda pasárselo en grande en fechas tan señaladas como Halloween o Carnaval.

Con la llegada de fechas tan señaladas como Halloween o Carnaval, la primera duda que a todos se nos viene a la cabeza es: “¿de qué disfrazaré este año a mi pequeño?”. Cada temporada, la gama de disfraces es mayor y más original. Aunque siguen primando los trajes típicos como princesa o fantasma, ampliamos horizontes para luchar por el disfraz menos visto. Hemos recopilado un montón de recomendaciones para que elijáis el mejor disfraz, tanto para bebés como para niños, y no muráis en el intento.

A la hora de elegir disfraz infantil tenemos que tener en cuenta que la opinión del niño es muy importante. Habrá que escuchar sus deseos y decidir en función de ellos.

Unido a esto no podemos olvidar que los disfraces para niños tienen que reunir algunas características que en los disfraces para adultos no son tan importantes. La primera: la comodidad. Si el niño no puede moverse con soltura pasará un mal rato y querrá quitárselo en seguida.

  • Además, los disfraces de niños y bebés tienen que ser seguros. Cuidado con los disfraces de las tiendas “todo a cien”. Pueden ser muy baratos, pero también especialmente inflamables. Si nuestro presupuesto es reducido, podemos encontrar opciones a buen precio sin descuidar la calidad de la ropa o animarnos a  fabricar nuestro propio disfraz con ropa usada que tengamos por casa. Seguro que los niños se lo pasarán en grande haciéndolo.
  • Hay disfraces preciosos que solo pueden ponerse una vez porque los niños crecen muy rápido. Propongamos a nuestros amigos y familiares un espacio de intercambio de disfraces.
  • Lo mejor es tener “reservas en casa”: un baúl de disfraces es pieza clave en toda infancia, así que apostemos por él durante todo el año. “En Canarias muchísimos cumpleaños son de disfraces para aprovechar la inversión de Carnaval”, nos cuenta Mar, una lectora. Y a los niños les encanta.
  • En invierno hace mucho frío, por lo que si estamos pensando en un disfraz de Carnaval hemos de elegir disfraces apropiados. Los pequeños van perfectos en la piel de un cachorrito que los cubre de arriba abajo. Hay que tener en cuenta que hay que cambiar su culete a menudo, así que si el disfraz lleva corchetes en la parte de abajo que permita cambiar el pañal, mucho mejor.
  • Con los mayores hay que echarle imaginación: si elige ser Tarzán, habrá que hacerle una segunda piel, ofrecerle el disfraz de mono o inventar el traje de invierno de Tarzán de la selva...
  • Si le ponemos una máscara, por favor, ¡que no le tape la mitad de cada ojo ni le roce las pestañas! Lo mejor es que la cara vaya descubierta para que no se pierda nada de lo que ocurre alrededor.
  • A la hora de pintar su cara es muy importante elegir buenas pinturas (van a pasar muchas horas con ellas). Deberíamos meditarlo seriamente si tiene menos de tres o cuatro años: querrá quitársela pronto y la pintura acabará restregada por su cara y por el traje.

Además, los disfraces de niños y bebés tienen que ser seguros. Cuidado con los disfraces de las tiendas “todo a cien”. Pueden ser muy baratos, pero también especialmente inflamables. Si nuestro presupuesto es reducido, podemos encontrar opciones a buen precio sin descuidar la calidad de la ropa o animarnos a  fabricar nuestro propio disfraz con ropa usada que tengamos por casa. Seguro que los niños se lo pasarán en grande haciéndolo.

Hay disfraces preciosos que solo pueden ponerse una vez porque los niños crecen muy rápido. Propongamos a nuestros amigos y familiares un espacio de intercambio de disfraces.

Lo mejor es tener “reservas en casa”: un baúl de disfraces es pieza clave en toda infancia, así que apostemos por él durante todo el año. “En Canarias muchísimos cumpleaños son de disfraces para aprovechar la inversión de Carnaval”, nos cuenta Mar, una lectora. Y a los niños les encanta.

En invierno hace mucho frío, por lo que si estamos pensando en un disfraz de Carnaval hemos de elegir disfraces apropiados. Los pequeños van perfectos en la piel de un cachorrito que los cubre de arriba abajo. Hay que tener en cuenta que hay que cambiar su culete a menudo, así que si el disfraz lleva corchetes en la parte de abajo que permita cambiar el pañal, mucho mejor.

Con los mayores hay que echarle imaginación: si elige ser Tarzán, habrá que hacerle una segunda piel, ofrecerle el disfraz de mono o inventar el traje de invierno de Tarzán de la selva...

Si le ponemos una máscara, por favor, ¡que no le tape la mitad de cada ojo ni le roce las pestañas! Lo mejor es que la cara vaya descubierta para que no se pierda nada de lo que ocurre alrededor.

A la hora de pintar su cara es muy importante elegir buenas pinturas (van a pasar muchas horas con ellas). Deberíamos meditarlo seriamente si tiene menos de tres o cuatro años: querrá quitársela pronto y la pintura acabará restregada por su cara y por el traje.

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