¿Cómo evitar que la vida de nuestro hijo dependa de las redes sociales?
En la sociedad actual existe un aumento enorme del uso de las redes sociales entre adolescentes. Algo que puede llevar a problemas de autoestima.
Después de conocer diversos casos de suicidio entre influencers, se ha vuelto a abrir el debate sobre la exposición de los adolescentes en redes sociales. Exponer el día a día una vida supuestamente ideal puede tener consecuencias fatales sobre quien lo hace y sobre la gente que sigue ese día a día. Los primeros pueden desarrollar una necesidad de aceptación social demasiado grande y en los segundos, un sentimiento muy grande de frustración al intentar imitar una vida demasiado alejada de la realidad.
En una sociedad en la que cada vez la tecnología está más presente, en la que, incluso, se habla de nativos tecnológicos, saber hacer un uso correcto de estas herramientas es algo primordial.
Y si todo el mundo debe saber que hay que hacer un uso responsable de las cuentas que se abran en las distintas redes sociales, los padres debemos saber aún más del tema, sobre todo si tenemos un hijo adolescente.
La adolescencia es una etapa de cambios muy grandes. Cambios físicos y cambios psicológicos. Nuestros hijos pasan de ser niños a adultos y, en ocasiones, este paso puede suponer un riesgo para su salud mental. Y más aún en una sociedad en la que la proyección de la imagen que demos a los demás supone un gran plano de su día a día. De acuerdo con las palabras de Rocío, de Vértice psicología, “en la adolescencia, las redes sociales suponen una amenaza latente para la seguridad, confianza y autoestima del niño. Desde el punto de vista colectivo (las redes) no promueven ni potencian, en general, solidaridad, empatía, generosidad... ya que lo que prima es quién es más... o quién tiene más.... siendo a la larga un concepto erróneo que, probablemente, repercutirá en una crisis emocional de la persona”.
Eso sí, hay que tener claro que no existe ningún problema en decidir exponer la imagen y el día a día en cualquier red social. El problema surge cuando la necesidad de mostrar la imagen en este tipo de sitios hace depender la felicidad individual de ello, tal y como dice la psicóloga Raquel García Zubiaga, del centro INAE.
¿Cómo podemos evitar la sobreexposición en redes sociales desde casa?
Mercedes Bermejo, directora de Psicólogos Pozuelo, tiene clara una premisa: “lo cierto es que los padres actuales se encuentran en un mar lleno de dudas ante la gestión frente a la tecnología con sus hijos, millennials, que muchas veces no son conscientes que internet no perdona. Existe una tendencia cada vez mayo a la gratificación inmediata, al consumo pasivo, generando en ellos una baja tolerancia a la frustración que se mantiene en edades más avanzadas de lo esperado que lo que marca la neurociencia. La baja capacidad de sacrificio, el mal uso de multitud de redes sociales, cada vez más frecuentes e incontrolables (Snapchat, Facebook, Twitter, Instagram).”
Para poder evitar esa sobreexposición desde casa, hemos elaborado una lista de consejos siguiendo las indicaciones de Mercedes y de la Doctora Raquel García, antes mencionada.
- Marcar límites desde el diálogo. ‘Siempre’, ‘jamás’, ‘todo’ o ‘nada’, son expresiones demasiado contundentes que debemos evitar al marcar ciertos límites en el uso de estos canales si queremos evitar que los más jóvenes se sientan atacado. El consenso con ellos la hora de establecer los límites también es fundamental, y permitirá a los padres averiguar y analizar cuáles son sus demandas y necesidades más inmediatas.
- Un control moderado. Una vez que se han pactado los límites, es importante llevar un seguimiento de las fotos publicadas, de los seguidores y de las personas a las que siguen, así como el tiempo que pasan conectados, ya que estos parámetros son los principales indicadores de la gestión y uso que hacen de las redes.
- Enseñar dando ejemplo. Los padres son un espejo en el que los niños se miran, por ello es importante que vean en ellos cuál es el correcto manejo de las redes sociales. Si los padres se pasan horas en internet, o sobreexponen su vida y la de sus hijos, éstos repetirán la conducta.
- Fomentar el ocio fuera de la tecnología. Debemos evitar que el niño sustituya ciertos aspectos de su vida cotidiana por el uso de las redes sociales. Es importante que los progenitores controlen que no se deja de lado áreas como los estudios por estar con el móvil, que deje de perder interés por actividades que anteriormente le gustaban etc. Por ello, los expertos recomiendan fomentar aficiones y otras actividades dentro de su educación exentas de tecnología desde bien pequeños.
- Trabajar de forma continua la autoestima. Reforzar la autoestima y la seguridad en uno mismo es fundamental para que las personas que exponen su vida en las redes sepan encajar mejor las posibles oscilaciones de influencia o las críticas.
- Educar con eficacia y justicia. Y para ello es necesario, en primer lugar, tiempo de calidad, donde fomentar entre los más pequeños el pensamiento crítico, para lograr la adquisición de una moral que les permita distinguir lo que está bien de los que está mal, e interiorizar unos valores acordes al sistema familiar al que pertenece. Para ello, pasar tiempo de calidad en familia, transmitir valores o compartir tradiciones familiares nos facilitará la tarea.