Ser Padres

Actividades extraescolares: consejos para elegir y no sobrecargar a los hijos

Con la vuelta al cole llega el momento de planificar el año y las rutinas de nuestros hijos. Cada vez es más común llevar a los niños a actividades extraescolares, y el abanico de posibilidades es enorme. Además de la actividad, hay que decidir con qué frecuencia la realizarán, y muchos padres se preguntan si no estarán sobrecargando a sus hijos al apuntarles a actividades al salir del cole.

Las actividades extraescolares aportan al niño muchos beneficios, ya que les permiten completar su formación y desarrollo en aspectos en los que no se incide tanto en la escuela, tales como las actividades deportivas, la música y otras actividades artísticas. Además, con ellas el niño conoce ambientes nuevos, distintos a la familia y el colegio, donde pasa la mayor parte del tiempo. Generalmente, las actividades extraescolares se desarrollan en grupo, por lo que son un lugar ideal para que nuestros hijos aprendan a trabajar en equipo y a socializar con otros niños.

Sin embargo, todos los efectos positivos de las actividades extraescolares pueden desaparecer si sobrecargamos a nuestros hijos con unas agendas tanto o más apretadas que las nuestras. Es frecuente escuchar casos de niños que, por ejemplo, van al conservatorio, juegan en el equipo de fútbol o baloncesto del colegio y además dan clase de pintura. El resultado: el horario de los pequeños está completo desde las 9 de la mañana a las 8 de la noche, desaparece el tiempo para jugar y ellos se saturan. No es una cuestión para tomar a la ligera: los casos de depresión y estrés infantil se multiplican cada año.

Por ello, tanto nosotros como nuestros hijos debemos tener claro que las actividades fuera del aula no son una obligación, sino algo para disfrutar. Por ello, lo mejor es que sea el propio niño el nos diga cuál es la actividad que más le apetece, dentro de las posibilidades que tengamos por horarios, precios, disponibilidad, etc. Algunos niños se inclinan más por el deporte, mientras que otros tendrán más habilidad o inquietudes para desarrollar actividades de tipo artístico.

¡Ojo con las extraescolares! Son necesarias

Tanto para que adquieran otras capacidades como para ayudarnos a conciliar trabajo con ser padres y madres. Pero ¿dónde está el límite en ellas? Según el Instituto Nacional de Calidad y Evaluación (INCE) más del 70 % de los alumnos de Primaria y más del 6 0% de los de Secundaria realizan alguna actividad extraescolar. Al revés de lo que ocurre en los países nórdicos, los horarios escolares en España están hechos a imagen y semejanza de las jornadas laborales de los padres y no al revés.

Ésa es la razón de que en los hogares donde trabajan padre y madre aumente la demanda de actividades extraescolares para prolongar, más aún, el horario lectivo de los pequeños. Relegando, eso sí, el juego libre -tan necesario, según todos los estudios psicológicos y pediátricos, para la maduración infantil a todos los niveles- a un segundo plano. El tema, nunca exento de polémica, suscita numerosas preguntas: ¿Qué hay detrás de tanta extraescolar? ¿Un deseo de bienestar y aprendizaje para el niño? ¿O una necesidad de cuadrar horarios familiares? Más: ¿Es algo que sólo pueden permitirse familias con mayores recursos? ¿Generan, por tanto, desigualdad? ¿Pueden provocar estrés en los pequeños? ¿Cuántas serían razonablen? ¿Cómo elegirlas?... Normalmente divididas en tres tipos: deportivas (fútbol, natación), creativas (danza, pintura) y académicas (inglés, informática), los especialistas están de acuerdo en que deben primar los intereses del niño por dicha actividad.

¿Qué actividad elijo?

Cada vez hay más variedad en cuanto a actividades extraescolares se refiere. En deportes, podemos elegir los más clásicos como el fútbol, el baloncesto y la gimnasia rítmica, pero también es posible acceder a actividades menos habituales. Algunas artes marciales como el Tai Chi y el Aikido se están empezando a popularizar entre niños y adultos, y tienen muchos efectos positivos sobre el desarrollo de la coordinación, la atención y la capacidad de concentración. Tenis, padel, ajedrez, baile, yoga, balonmano, esgrima… hay deportes para todos los gustos y colores, solo se trata de encontrar aquél con el que tu hijo se encuentre más motivado.

Otro clásico es la música: además de la opción del conservatorio, existen otras propuestas menos exigentes: muchas escuelas de música dan clases de guitarra, canto, percusión, etc. Si seguimos en el campo artístico, el teatro es también una de las actividades preferidas a través de la cual los niños aprenden expresión corporal, pierden el miedo y la timidez, y trabajan muchos valores y aspectos de desarrollo personal.

Además de la diversión, muchos padres buscan en las actividades extraescolares una oportunidad para ampliar y reforzar los conocimientos. Los niños tienen mucha más facilidad que los adultos para aprender idiomas, y por ello las clases para conocer alguna lengua extranjera son una opción muy frecuente. El fenómeno coach también ha llegado a las actividades extraescolares, y muchas buscan reforzar y estimular el aprendizaje de los niños. Esta es la base del método Kumon, que trabaja con las matemáticas y la lectura para desarrollar al máximo el potencial de cada niño.

En cualquier caso, lo más importante es que nuestro hijo acuda a la actividad motivado, y que no tenga la sensación de que esta sea una “prolongación del colegio” o un lugar en el que le dejas mientras tú trabajas o atiendes otras obligaciones. Si el niño disfruta con la actividad elegida, seguramente sea él mismo el que te pida volver a apuntarse el próximo curso.

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