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Nueve de cada diez calcetines para bebés contienen restos de productos tóxicos

Un estudio revela una presencia mayor de bisfenol-A y parabenos en los tejidos textiles comprados en tiendas low-cost que en aquellos adquiridos en franquicias o marcas exclusivas.

Una investigación realizada por científicos de la Universidad de Granada (UGR), el ibs.GRANADA, el Hospital Clínico San Cecilio de Granada y el CIBER de Epidemiología y SaludPública (CIBERESP) ha revelado que 9 de cada 10 calcetines para bebés de entre 0 y 4 años contienen restos de bisfenol-A y parabenos, dos productos tóxicos cuyas actividades hormonales pueden provocar enfermedades tanto en niños como en adultos.

El estudio ha determinado que los textiles pueden ser fuente de exposición a contaminantes químicos disruptores endocrinos. Esto resulta especialmente preocupante cuando se trata de la exposición de bebés y niños de corta edad.

El trabajo científico, que es el primero de estas características realizado en Europa, ha descubierto diferencias notables entre la cantidad del producto tóxico detectada en los calcetines y el comercio en el que son adquiridos. Los investigadores analizaron muestras de 32 pares de calcetines para niños de entre 1 y 48 meses comprados en comercios con características distintas: Tiendas de ropa de bajo precio (tres pares de calcetines de entre 1,5 y 1,8 Euros), tiendas de franquicias (tres pares de entre 3 y 4,5 Euros) y calcetines de marcas exclusivas (tres pares de 6,95 a 7,95 Euros).

Tras estudiar la presencia del componente del plástico bisfenol-A y de los parabenos a través de técnicas de química analítica y tests biológicos capaces de cuantificar la actividad hormonal, los investigadores han concluido que la concentración de productos tóxicos es mayor en aquellos tejidos textiles comprados en tiendas low-cost.

En los calcetines de las tiendas de bajo precio las concentraciones encontradas alcanzaron 3.737 ng de bisfenol-A por cada gramo de calcetín, es decir, una presencia del componente del plástico más de 25 veces superior a la encontrada en los calcetines de las tiendas de franquicias y de marcas exclusivas. Sin embargo, el estudio reveló que la presencia de los parabenos en los calcetines es mucho menor que la del bisfenol-A y presenta menos diferencias entre comercios.

¡No te comas los calcetines!

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¡No te comas los calcetines!

En dos de cada diez calcetines de las tiendas low-cost se halló actividad hormonal estrogénica y en uno de cada tres del mismo comercio se presentó actividad antiandrogénica por su alto contenido en bisfenol-A y parabenos. Esto quiere decir que los extractos de estos textiles se comportan como la hormona femenina y antagonizan a las hormonas masculinas. Esta actividad hormonal hace que los bisfenoles y parabenos sean disruptores endocrinos y que sus actividades hormonales se relacionen con disfunciones ligadas a enfermedades tanto en niños como en adultos.

Las enfermedades asociadas a la exposición de disruptores endocrinos son múltiples: déficits de atención e hiperactividad, alteraciones genitourinarias, desarrollo sexual secundario prematuro y obesidad en niños o hipotiroidismo, infertilidad, diabetes y cánceres hormono-dependientes, como el de mama, en adultos.

Los investigadores granadinos han conseguido estimar el riesgo de exposición de bebés y niños a estos compuestos químicos a pesar del desconocimiento existente sobre cómo y cuánto puede absorberse por la piel o cuánto puede liberarse en el lavado, con la contaminación del agua y del resto de ropa del bebé.

Los científicos han alertado de la posible exposición por vía digestiva de estos compuestos químicos que se encuentran en la ropa, por la facilidad con la que los bebés chupan sus propios pies y, en consecuencia, sus calcetines. Por ello, el grupo de investigación ha creado un slogan para su campaña de sensibilización: “¡no te comas los calcetines!”.

Campaña informativa

Tras los resultados del estudio, el grupo de investigación propone como objetivo informar a padres y madres de los riesgos, formar a los sanitarios para que den recomendaciones oportunas, advertir a los productores e importadores sobre la calidad de los productos que venden y sensibilizar a la administración nacional y europea para que intervenga con regulaciones de los disruptores endocrinos en los textiles más exigentes.

Este mismo grupo de investigación de la UGR denunciaba también hace unas semanas la presencia de estos productos tóxicos en tickets y recibos de caja de papel térmico, alertando de la situación de aquellas mujeres jóvenes y en edad de procrear que manipulan diariamente este papel en sus puestos de trabajo.

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