¿Pueden usar zuecos los niños?
A muchos niños, sobre todo a las niñas, les encanta ponerse zuecos o zapatitos sin sujeción en el talón. Pero, ¿es recomendable que los lleven tan pequeños? ¿Este tipo de zapato les puede perjudicar?
Nos escribe una lectora comentando que su hija de cuatro años está empeñada en tener unos zuecos rosas de plástico como los de su amiga del colegio. Sin embargo, ella cree que caminar con zuecos y no con un calzado adecuado puede interferir en el crecimiento de sus huesos aún sin formar. ¿Tiene razón?
Por encima de lo bonito o divertido que pueda ser un zapato, y por mucho que los niños se empeñen en comprarse un determinado modelo, este debe tener el material y la forma adecuados. Sus pies aún están muy blanditos y en crecimiento y su desarrollo no se termina hasta el final de la adolescencia.
Por eso es importante que los zapatos, aunque sean de verano, se ajusten y sujeten bien el pie, y que estén fabricados en un material flexible, como piel o tela, que favorecen la transpiración de la piel. Además, deben tener poco tacón (de 6 a 8 mm) para facilitar el juego de la articulación del pie.
Para un ratito...
Con todo lo dicho, queda claro que los zuecos, aunque sean ergonómicos, no son la mejor opción para los niños, sobre todo antes de cumplir los cinco años, edad en la que ya comienzan a tener mayor control de sus movimientos y tropiezan menos.
Este tipo de calzado puede hacerles sudar el pie y se les va a salir cada dos por tres. Si la niña está muy encaprichada con ellos, siempre se puede dejar que se los ponga solo durante un ratito y para actividades en las que no tenga que andar mucho (una cena, un paseo cerca de casa a comer un helado…).
Una alternativa son los zapatos que incorporan una cinta por detrás (a modo de sandalia) para evitar que los pierdan con facilidad. Este tipo de calzado no pesa, tiene poco tacón y es útil para salir y entrar en la piscina.