Así se gana terreno a la dislexia
El profesor Llorenç Andreu Barrachina, experto en trastornos del lenguaje, nos da las claves para trabajar la dislexia con los más pequeños.
«Diferentes estudios han demostrado que la dislexia tiene un carácter hereditario; así y todo con una intervención adecuada se puede mejorar la velocidad lectora hasta niveles funcionales. La influencia de un ambiente adecuado y de un trabajo específico es capital para disminuir la incidencia de este trastorno», afirma Llorenç Andreu Barrachina, profesor de los Estudios de Psicología y Ciencias de la Educación es director del máster universitario de Dificultades de aprendizaje y trastornos del lenguaje de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC).
Para este experto en trastornos del lenguaje «la intervención debe ser lo más precoz y tiene quecombinar un trabajo coordinado entre maestros, especialistas y padres». Andreu recomienda centrarse en cinco ámbitos fundamentales:
- Trabajar la conciencia fonológica, es decir, trabajar la relación entre sonidos y grafías con juegos" target="_self como por ejemplo «Si le quitamos/sustituimos un sonido suena...» o « busca palabras que empiecen, contengan, acaben en...».
- Trabajar la correspondencia grafema-fonema,es decir, el conocimiento del nombre y el sonido de cada letra.
- Mejorar la velocidad lectora con ejercicios para la identificación rápida de palabras o la representación gráfica de letras y palabras.
- Entonación, ortografía y redacción. Esto es ayudarlos a mejorar el ritmo de la lectura, darles pautas para estructurar un texto escrito o poner especial atención en los signos de puntuación.
- Estrategias compensatorias, como por ejemplo proponerles técnicas de estudio con pautas como leer, subrayar, hacer esquemas, memorizar, repasar,y herramientas tecnológicas como ordenadores o corrector ortográfico.
La situación de la dislexia en España
En los últimos veinticinco años las investigaciones sobre la dislexia y las políticas educativas de los países más desarrollados en el ámbito educativo han avanzado mucho en este aspecto. En cambio, «en España la práctica escolar y la investigación todavía viven demasiado de espaldas. No hay prácticamente transferencia entre los avances científicos y la manera como se enseña a leer en las aulas y como se atiende a los niños con dislexia», denuncia Llorenç Andreu.