Cómo conseguir que tu hijo te cuente cómo le ha ido el día
¿Cuando le preguntas a tu peque qué tal ha ido su día suele contestar con un escueto bien, mal o un no sé? Esta situación es bastante habitual. Si quieres sacar más información del día a día de tu hijo y de cómo se siente ten en cuenta las siguientes recomendaciones.
Hay veces que tratar de saber cómo le ha ido a los peques en el cole y qué han hecho durante el día se vuelve bastante complicado. Muchos niños responden con un breve "bien", "mal" o un "no sé" y estas respuestas dejan a los padres con muchas incógnitas y no siempre es fácil "tirar del hilo" para que sigan hablando y cuenten más detalles.
Es importante tratar de hablar con los niños, saber qué cosas le preocupan en el cole o con los compañeros y poder hablar de sus emociones para tratar de detectar cualquier problema que pueda surgir. Sin embargo, si a tu peque le cuesta "explayarse" al hablar de estos temas no te preocupes, hay algunas pautas que puedes seguir para que la conversación fluya con más facilidad.
Lo primero que debemos tener en cuenta es que la relación de intimidad se va construyendo poco a poco y nunca es tarde para poder iniciarla. Además, también hay que ser consciente de que si queremos que los niños hablen, dialoguen y expliquen sus emociones nosotros también debemos hacerlo, ya que somos su ejemplo: "para que los hijos aprendan a tener ese tipo de comunicación íntima hay que dar ejemplo. Principalmente se aprende por imitación. Si ya hemos construido una cultura familiar de contarnos las cosas, la conversación fluirá. Nunca es tarde para empezar a construirla", asegura José María Ferro Llaryora, Pricoterapeuta del Departamento de Infanto Juvenil y Familia de Psicólogos Pozuelo.
La forma de entablar esa conversación debe ser natural y no a modo de interrogatorio: "mi recomendación es que sea de manera natural, espontánea, empezando por preguntas abiertas y, si avanza la conversación, con preguntas cerradas aludiendo a detalles o aclaraciones. Por ejemplo: ¿Cómo estás? ¿Qué tal tu día? ¿Qué has hecho hoy? Y si hay respuestas, ir a los detalles. ¿Cuándo pasó eso? ¿quién más estaba delante? ¿y qué hiciste?, ¿cómo te sentiste?, ¿Quieres que te ayude en algo? etc", recomienda el experto.
¿Cómo podemos atraer su atención?
Es fundamental valorar que no todos los momentos son igual de buenos para tratar de iniciar una conversación de este tipo, ya que hay que tener en cuenta factores como el cansancio, el estado de ánimo que el niño tenga en ese momento (y también el nuestro propio) o el contexto o lugar en el que estemos. También debemos entender que la atención es limitada, por eso hay que saber escoger el momento adecuado: "en la comunicación hay que tener en cuenta el estado del emisor, del receptor, el mensaje, el canal y especialmente el ruido o contexto. Es importante leer si está cansado, hambriento, si lo que desea es jugar o despedirse de un compañero, etc. Si ambos estamos estresados porque vamos corriendo a una extraescolar será poco probable que surja una conversación intima. Si vemos que no avanza la conversación, lo mejor será esperar a otro momento/contexto más tranquilo. La salida del colegio suele ser un momento cargado de estímulos", explica Ferro.
¿Es tan raro que los peques, a veces, al salir del cole no tengan demasiadas ganas de hablar de lo que han hecho o ha pasado durante su día? Si tenemos en cuenta que, muchas veces, a nosotros mismos esto también nos pasa podremos verlo como algo más natural: "muchos adultos evitan hablar del trabajo al salir de él, y prefieren hacerlo más tarde, cuando se ha integrado más lo sucedido. Paseando, al cenar o antes de ir a la cama. En mi opinión esto es aplicable también a lo hijos", comenta el psicoterapeuta.
¿Qué preguntas podemos hacerles para saber si las cosas han ido bien en el cole?
Una de las cosas que más preocupa a muchos padres es saber si sus hijos están bien en el cole, si no están teniendo ningún problema, si están integrados o si su relación con los compañeros es buena. A veces, estos miedos o inseguridades nos llevan a atosigarles a preguntas. No hay preguntas mágicas, pero explicarles nuestras dudas y emociones con nuestro propio día puede ayudar a que los niños se sientan más cómodos conversando y respondan con más facilidad a las preguntas: "no conozco preguntas que logren más respuestas que otras. Si ya hemos creado costumbre de contarnos las cosas, llegará ese momento para hacerlo. Si no, es un excelente momento para empezar: buscar un contexto favorable y contarle qué tal ha ido nuestro día teniendo en cuenta su edad: si nos ha pasado algo relevante, cómo nos hemos sentido, cómo pueden haberse sentido o pensado otras personas, etc", aconseja Ferro.
¿Qué podemos hacer cuando nos encontramos con respuestas escuetas o sin respuestas?

padre hablando con su hijo
Muchas veces es desesperante preguntar a los peques por cosas de su día a día y que no cuenten nada o den una información muy escueta que solo nos genera dudas y el miedo a que pueda a haber algún problema. Ante respuestas poco esclarecedoras o la ausencia de ellas, lo fundamental es tener en cuenta la edad del niño y tratar de adaptar el diálogo a ella: "mi recomendación, si son pequeños, es intentar ser creativos e intentarlo desde los cambios de voz o a través de juegos. Por ejemplo, proponerle: “Te voy a contar dos cosas que han pasado en mi día y una será verdadera y la otra falsa, a ver si adivinas cuál es cuál. Y luego tú igual y adivino yo, ¿quieres jugar?”, sugiere el experto. Hay que tener claro que no es raro que un niño más pequeño nos cuente sus cosas mezcladas con otras irreales o "adornadas", al igual que es habitual que un adolescente se guarde más cosas para sí mismo.
Otro factor fundamental es respetar los tiempos del niño y sus necesidades: si no quiere hablar en ese momento no debemos forzarle a ello ni agobiarle para tratar de conseguirlo, una buena opción es "agendar" la conversación para más tarde: "¿No te apetece hablar ahora? Vale, hablamos luego. ¿Y sobre qué quieres que hablemos después?", recomienda el psicoterapeuta.
¿Qué podemos preguntarles para saber qué tal se relaciona?
Como decíamos, saber si el niño está integrado o si se relaciona bien en el colegio es otro de los temas que más ansiedad genera a muchos padres, por eso, hay algunas preguntas que podemos hacerles a los peques para saber si todo está bien: "Quizá nos pueda servir preguntar por qué han hecho, pensado o sentido otras personas. A modo de ejemplo, ¿Qué tal día crees que ha tenido Ricardito (uno de sus amigos)? ¿Se enfadó? ¿Y qué hiciste tú? ¿Qué crees que es lo mejor y lo peor del día de tu profesora? Llevar el foco hacía otros puede aportarnos información. Él estaba allí, se lo imaginó, etc", opina Ferro.
Obviamente, si tenemos sospecha de que pueda existir algún problema, si pensamos que el niño puede no estar relacionándose bien o puede existir un problema con algún compañero, hay que acudir al centro para tratar de saber más y solucionar la situación.
¿Qué pasa si nunca quiere hablar de ello, es un mal indicador?
Ante todo, calma. Si nuestro hijo es reacio a tener este tipo de conversaciones o a hablar demasiado de su día y sus emociones no debemos pensar que se debe necesariamente a que algo no va bien, ya que, como hemos dicho anteriormente, influyen más factores, como no estar eligiendo bien el momento o no respetar sus ritmos. Además, también hay que considerar la forma de ser de cada uno: "Si siempre nos ha contados sus cosas y deja de hacerlo, sí puede llamar nuestra atención. Pero puede ser algo puntual. Interesante sería fijarse en si va acompañado de cambios de humor, se muestra nervioso o triste, rechaza ir a la escuela, dice tener dolores de cabeza o tripa y hasta marcas en el cuerpo. Un indicador más a tener en cuenta es la información del personal del centro, que pueden estar atentos si algo nos preocupa", sostiene Ferro.
Recomendaciones generales
Para el psicoterapeuta José María Ferro Llaryora hay una serie de consejos generales para fomentar el diálogo y entablar conversaciones de este tipo con los hijos:
- Una relación de intimidad se construye poco a poco. Y NUNCA ES TARDE.
- Para que los hijos aprendan a tener ese tipo de comunicación íntima hay que dar ejemplo.
- Fundamental tener en cuenta la edad para ajustar expectativas (etapa evolutiva, desarrollo del lenguaje, memoria, etc.). Por ejemplo, no hay que preocuparse si un niño de 5 años nos cuenta algo mezclado con algo de fabulación, al igual que si un adolescente deja de contarnos algunas cosas.
- Todas las personas nos movemos en un continuo de intraversión - extraversión.
- Resumiendo, las ideas principales: para que nos cuente sus cosas, primero tiene que poder y después tiene que querer.
Debemos respetar sus necesidades, sus ritmos y sus preferencias, pero es importante que sepa que, cuando quiera hacerlo, puede contar con nosotros.