Nutritiva y equilibrada
Una merienda para cada niño
La merienda da a los niños la energía que necesitan para disfrutar las actividades de la tarde. Puede ser tan variada como se nos ocurra, pero, a la hora de elegirla, debemos tener en cuenta que cada niño es distinto y adaptarla a sus necesidades.
La merienda debe ser algo más ligera que el desayuno para que ayude a los niños a reponer fuerzas sin quitarles el apetito para la cena. En general, se recomienda que incluya:
- Un lácteo (vaso de leche con o sin cacao, queso, yogur), que les proporciona proteínas y calcio.
- Cereales (bocadillo, galletas, tostada...), por su aporte de hidratos de carbono
- Una ración de fruta, que es una excelente fuente de vitaminas, minerales y fibra.
¿Y por qué no un bollo y zumo envasado?
- Esta es la opción más cómoda -y a ellos les encanta-, pero la menos recomendable, porque contiene demasiadas grasas y azúcares.
- Pueden tomar estos productos de vez en cuando, pero a diario es más saludable comer otros alimentos de mejor calidad.
Una merienda para cada niño según sus necesidades
Hace deporte
- Bocadillo de embutizo y zumo.
- Chocolate con pan y zumo.
- Un vaso de leche con galletas o bollos.
Come poca fruta
- Melón con jamón.
- Macedonia.
- Yogur natural con fruta.
- Fresas con nata.
No toma leche
- Flan.
- Arroz con leche.
- Queso con membrillo.
Está gordo
- Un yogur y una pieza de fruta.
- Una rebanada de pan de molde y una loncha de pavo.
- Un vaso de leche semidesnatada con 15 gr de copos de creales.
Come poco
- Un puñado de frutos secos variados (pasas, cacahuetes, nueces, dátiles).
- Requesón con miel.
- Batido de leche y fruta.
Isabel Zamarrón es especialista en nutrición del Hospital Ramón y Cajal de Madrid.