
Motor
Opel Mokka, el SUV del futuro ha llegado
El Opel Mokka es toda una declaración de intenciones. Un SUV compacto pero espacioso con opciones con motor de gasolina, propulsores diésel y hasta una versión eléctrica.
El Opel Mokka es toda una declaración de intenciones. La firma alemana presentó este todocamino compacto el año pasado con el Mokka-e, su variante 100% eléctrica, abanderando todos los anuncios en lo que se convirtió en toda una declaración de intenciones. Poco después, Opel cambiaría su logotipo, afinando y simplificando sus rasgos, dando más protagonismo al rayo, y su color corporativo al amarillo, porque, dijeron, “el amarillo es el color de la electricidad, la nueva gasolina”. Opel, dentro del Grupo PSA, ahora convertido en Stellantis, aspira a ser líder en electrificación y el Opel Mokka-e fue su primera incursión en el segmento.
No obstante, para la electrificación total todavía queda mucho y la combustión debe ir de la mano de la electrificación para una transición ordenada y rentable. Es por eso que el Mokka, basado en la plataforma CMP de PSA, admite tanto motores de eléctricos, como versiones diésel y gasolina, como la que hemos probado nosotros, con un motor de 1.2 litros tricilíndrico muy capaz. Como todocamino compacto, el nuevo Mokka encuentra en opciones como el Volkswagen T-Roc, el Seat Arona, el Fiat 500X o incluso el nuevo Toyota Yaris Cross sus principales rivales. De todos, probablemente el Mokka se desmarque por un diseño más vanguardista y por su oferta mecánica, superior a la de cualquiera de los demás modelos.
Desde Ser Padres pudimos probar brevemente la opción eléctrica, con un motor de 136 CV de potencia y una autonomía de entre 300 y 332 kilómetros, una cifra más que correcta para su orientación urbana. Acelera de 0 a 50 km/h en 3,7 segundos gracias a la entrega instantánea del par, una característica de los eléctricos. Más completa fue la prueba realizada al motor de gasolina de 1.2 litros y tres cilindros que entrega 130 CV. Concluimos que es un coche con un buen dinamismo, es estable y ágil y también muy cómodo. Pese a sus dimensiones compactas, apenas mide 4,15 metros, ofrece una gran habitabilidad y un más que correcto maletero de 350 litros de capacidad, que dan para la compra de toda la semana y el equipaje para una escapada. A continuación de contamos todos los detalles.

Opel ha bautizado el nuevo frontal del Mokka como Opel Vizor, que recuerda al del Manta de finales del siglo pasado. Es un guiño al pasado para un coche que es todo futuro, con luces con tecnología LED y una presencia robusta y poderosa que no teme a las superficies lejanas al asfalto.

Se agradece un coche como el Mokka en una industria que apuesta cada vez más por la estandarización de diseños, que provoca una excesiva similitud entre algunos modelos, incluso, de marcas distintas. El Mokka es completamente nuevo, con un diseño basado en líneas rectas y marcadas, que, en coherencia con el frontal, aportan robustez sin renunciar a una frescura inédita.

El Mokka es uno de esos coches que gusta al comprador de todas las edades. Puede ser un perfecto coche para el día a día, una gran opción, sobre todo la eléctrica, como segundo vehículo para desplazarnos al trabajo, o un buen vehículo para regalar a nuestros hijos como primer coche. Su diseño y características trascienden sobre cualquier comprador.

El interior del nuevo Mokka destaca por una selección de materiales muy acertada, que busca ofrecer una buena sensación de calidad, sobre todo en los acabados más elevados, y por un despliegue tecnológico pionero en la marca, alcanzando el siguiente nivel en cuanto a conectividad. Pese a su tamaño, no faltará espacio ni delante, ni detrás.

El Opel Pure Panel es probablemente el gran avance tecnológico incluido en el Mokka. Hablamos de dos grandes pantallas que parecen unidas en el salpicadero y el centro del habitáculo, que conforman una propuesta digital superior a la de los rivales antes mencionados, como el T-Roc de Volkswagen. La primera, de 12 pulgadas, sirve para la gestión del sistema de infoentretenimiento, mientras que la segundos, de siete o 10 pulgadas, para el panel de instrumentos. Al uso, todo es muy intuitivo y ágil.

No podía Opel lanzar el nuevo Mokka sin un acabado deportivo, que acentúe un toque gamberro en su diseño, como los detalles rojos sobre las puertas, la parrilla en color negro y el logotipo en el mismo tono oscuro. Son, sobre todo, cambios estéticos que le sientan como un guante. Tuvimos la suerte de montarnos en él y disfrutar de su diseño por dentro y por fuera, en el que destaca el marco rojo para el Opel Pure Panel.

Es un SUV compacto, por lo que es capaz de desenvolverse con agilidad por la ciudad y de salvar ciertas situaciones fuera del asfalto, aunque no es su principal hábitat natural. Todo, con un maletero que, en la unidad probada, ofrecía 350 litros de capacidad. No será el más grande del segmento, pero cumple con creces para los quehaceres diarios.

Nos gustó mucho sentarnos al volante del GS Line, donde, una vez en marcha, nos sorprendió el aplomo de un vehículo que, sin penalizar en confort, se mostró ágil y dinámico. Es fácil enlazar curvas con cierta alegría y, en condiciones de conducción normales, se muestra más que correcto, con un consumo que siempre está por debajo de los seis litros.

No podía ser de otro modo. Opel ha introducido en el Mokka los sistemas de seguridad activa más habituales, entre ellos el control de crucero adaptativo, el eCall y la frenada automática de emergencia con detección de peatones, entre otros. La seguridad es uno de sus pilares y el nuevo Mokka no defrauda.

El nuevo Opel Mokka parte desde los 21.824 euros en su versión con un motor 1.2 turbo de 100 CV de potencia. La unidad probada, con cambio automático y el acabado GS Line arranca desde los 27.229 euros. Finalmente, el Mokka-e tiene un precio de partida de 37.400 euros.