Accidentes en ferias
El de Mislata no es el único: otros accidentes en ferias que acabaron en desgracia
El pasado 4 de enero un castillo hinchable se levantaba por el suelo debido a una ráfaga de viento. El accidente ha costado la vida a dos niñas y heridas a otros siete. Pero no es el único. ¿Qué medidas de seguridad tienen que pasar las atracciones para ser seguras?
Hoy nos hemos despertado con una terrible noticia que trae cola desde el pasado 4 de enero: una segunda niña de cuatro años ha muerto debido a las heridas que le provocó el accidente con un castillo hinchable en la localidad valenciana de Mislata. Un castillo hinchable que salió por los aires debido a una insospechada ráfaga de viento. Como consecuencia, dos menores han fallecido (la niña de cuatro años y otra de ocho) y siete tienen heridas de diferente gravedad.
La investigación sobre las causas del accidente siguen abiertas, aunque todo apunta a que fue una ráfaga de viento la causante de que el castillo se soltase de los anclajes.
La normativa vigente establece que hay que cerrar la atracción (en caso de que sea castillo hinchable) cuando el viento alcance los 38 kilómetros por hora ya que, tal y como ha informado José Esteban, presidente de la Asociación de Industriales Feriantes de Valencia, “en un minuto o dos se levanta con la fuerza del viento y no da tiempo a nada”. En este caso, no había ningún aviso activo por parte de la Agencia Estatal de Meteorología en Mislata y, aunque llegó una alerta del 112 por ráfagas, fue una hora después del siniestro.
Además de esta, otra norma de seguridad señala que los castillos hinchables deben estar sujetos al suelo o a algún elemento fijo una vez que se instalan, aunque este punto, de acuerdo a la primera inspección que hizo la policía, sí se cumplía. Pese a ello, la Policía sigue investigando si contaba con todos los anclajes pertinentes.
Por último, cabe añadir que todas las atracciones de feria, para poder ser abiertas al público, deben cumplimentar y tener la documentación en regla y, además, deben ser revisadas por un ingeniero industrial que dé el visto bueno mientras se esté llevando a cabo la instalación.
Pese a cumplir y seguir a rajatabla todas las normas, el de Mislata no ha sido el único accidente en atracciones de feria que han acabado en desgracia. Algunos accidentes se escapan a todas las normas y las reglas de seguridad y, por desgracia, han ocurrido muchos a lo largo de la historia. Repasamos algunos de los más sonados que acabaron en tragedia.

Este es el accidente más grave registrado en un castillo hinchable en el mundo y, curiosamente, tuvo lugar hace tan solo unas semanas. Se produjo en Tasmania, Australia, donde una ráfaga de viento levantó un castillo instalado en una escuela y se cobró la vida de seis niños.

En 2017 también se habló de accidentes mortales en atracciones. En febrero de ese año, un niño de cuatro años murió después de que otro niño le cayese encima al jugar en un castillo hinchable en esta localidad sevillana.

En mayo de 2017, Caldes de Malavella, una localidad de Girona, también sería testigo de otro accidente mortal. Allí explotó un castillo hinchable que provocó que varios niños saliesen disparados por el aire. Una pequeña de seis años murió y otros seis resultaron heridos. En este caso, el castillo hinchable no contaba con documentación oficial.

En 2006 una niña de once años fallecía después de caer por un lateral de cuatro metros de un tobogán instalado en la Feria Mágica de Barcelona. Se golpeó en la cabeza y quedó inconsciente. Tiempo después falleció en el hospital.

En 2004, un niño de ocho años perdió la vida en la feria de Sabiñánigo, en Huesca, tras ser electrocutado en la plataforma en la que esperaba su turno para montar en una atracción llamada ‘El Saltamontes’.
Según informaban entonces los medios de comunicación, el menor tocó algo (una parte de la maquinaria o algún cable) que le propició una descarga eléctrica que le provocó tales heridas que no fue capaz de superar.

En el año 2011 tuvo lugar el peor accidente de atracciones de ferias que se recuerda en España. Sucedió en la localidad toledana de Villacañas: cuatro personas fallecieron en una atracción llamada ‘tarántula’. En este caso, parte de la atracción, que actúa como un péndulo, se desprendió y salió despedida al vacío.

Otro suceso con final trágico tuvo lugar en 2014 en una atracción conocida como ‘La olla’, que había sido instalada en la feria de San José de la Rinconada, en Sevilla. Allí, una niña de 12 años fallecía después de electrocutarse por culpa de una mala instalación eléctrica.
Unos años después, la misma atracción provocó un accidente, aunque esta vez sin víctimas mortales: parte de la atracción salía disparada causando heridas a más de treinta personas.

Hace un poco más de tiempo, concretamente en 2003, una pequeña de cinco años perdía la vida al fracturarse una vértebra en una caída mientras saltaba en un castillo hinchable instalado sin licencia en un centro comercial del sur de Gran Canaria.