
Culpa en la maternidad
Consejos para acabar con el sentimiento de culpa en la maternidad
Si te sientes culpable por cada cosa que le pasa a tu hijo y por cada cosa que te pasa a ti, queremos ayudarte: te damos consejos para callar la culpa en la maternidad.
Es inevitable. Cuando un hombre o una mujer se convierten en padre o madre, las inseguridades y los miedos (incluso los que estaban escondidos y no recordaban) asaltan provocando en ellos un sentimiento de culpabilidad que, a juzgar por lo que dicen muchos que lo viven, no se va nunca.
De repente, una pequeña persona depende enteramente de ti, de tus cuidados, de tus mimos, de tus manos y tus abrazos y te invade esa reflexión de: “seguro que lo estoy haciendo fatal”. Pero nada más lejos de la realidad; aunque la culpa de la maternidad es un sentimiento más común de lo que pensamos, también existen un montón de remedios para ‘acallarla’ de alguna manera o, al menos, por un rato.
“No me apetece jugar con mi hijo”; “A veces me siento culpable por haberlo traído a este mundo”; “Pues a mí la maternidad no me parece tan bonita como me la han pintado”; “No me apetece seguir dando el pecho y mi hijo me lo sigue pidiendo sin parar”; “Me apetece estar un rato sola”; “Necesito tiempo para mí misma”. ¿Te suena algo de esto? La periodista Samanta Villar fue una de las primeras famosas en ser valiente y hablar alto y claro sobre la maternidad real. Tras ella, han sido muchas más las que han decidido no callarse los sentimientos menos bonitos de ser madre. De hecho, hay una organización que lucha por la visibilidad de la maternidad real y también de la culpa que invade muchas veces a las madres: la asociación Malasmadres.
Aunque, obviamente, es un sentimiento que también pueden sentir los padres, en la actualidad sigue siendo más común en las mujeres. ¿Por qué? Porque, tal y como explicábamos en este artículo, las mujeres siguen teniendo interiorizada la idea de ‘súper-mamá’ y las normas que ello implica: llegar a todo. De hecho, las encuestas demuestran esta idea: el 30% de las mujeres sufre estrés y depresión, el doble que los hombres.
Aun sabiendo que es difícil acallar esa culpa que envuelve a las madres, aportamos una serie de consejos que pueden venir bien para sobrellevarla y terminar con ella.

Intenta dedicarte unos minutos al día para perdonarte y reflexionar si has cometido algún error del que te sientes culpable y, sobre todo, no seas severa contigo misma. Hay errores de crianza y de educación que cometerás, pero también aprenderás a acabar con ellos.

Esos pequeños errores que hayas podido cometer son solo eso, detalles, que no ponen en duda todo lo que haces por tus hijos. Es más importante saber apreciar lo que tienes y que sepas sentirte orgullosa de ello.

Dicen que ‘el ser humano es el único animal que tropieza dos veces con la misma piedra’. Así que, no sería de extrañar verte cometiendo el mismo error una y otra vez. De aquí que sea importante reflexionar, perdonarte y, de veras, aprender de ese error para no volverlo a cometer.
Si alguna vez te ves en la misma circunstancia, quizás esa reflexión te ayude a no repetir la situación.

No gastes energía en comerte la cabeza durante horas y días con eso que ha pasado. En la vida cometerás errores y meterás la pata mil veces. Lo suyo es aprender a vivir con ello.
Esto no significa obviar la responsabilidad, pues has de verte culpable si lo has sido, sino de liberarte de ese pasado para enfocar tu energía en el futuro y en que no vuelva a pasar.

Uno de los errores más repetidos por toda mujer y hombre que se convierte en madre y padre es fijarse en los padres de su alrededor.
Y un error que cometen muchos padres es no parar de fardar de lo buenos que son sus hijos o lo bien que hacen todo como sus padres que son.
Cada familia es única; cada madre y cada padre, también. Y cada hijo tiene sus propias necesidades. Así que, para evitar esa culpa, debes grabarte esto a fuego y no pensar que lo que tiene el de al lado es lo mejor porque, probablemente, no lo sea para ti.

Este consejo está relacionado con el anterior. Cuando tengas un hijo, identifica eso que necesitas, las metas que quieres alcanzar y el camino que quieres tomar para hacerlo.

“En cada momento somos la mejor madre que podemos ser y ser madre es un proceso continuo de aprendizaje y crecimiento”, nos contaba Mada Guzmán, autora de ‘Gozar la maternidad’ hace unos años. Creía que solo así lograríamos dejar ir el alto nivel de autoexigencia que muchas veces asfixia.

Los niños aprenden por imitación: somos su ejemplo a seguir y actuarán como actuaremos nosotros. Así que, no está de más que si sientes que te has confundido con ellos, les pidas perdón.

La salud mental es más importante de lo que piensas. Acude a ayuda profesional si sientes que la culpa está afectando a tu día a día y no tengas miedo de ello.

Un buen abrazo, una buena charla con esa persona que te recompone es, a veces, el mejor aliciente para acallar la culpa de la maternidad.