IKEA se alía con emprendedores sociales para crear su colección más comprometida
A partir de 3 de junio puedes comprar esta preciosa colección que, además, crea puestos de trabajo para 5.600 artesanos.
Disfrutar de los pequeños detalles y placeres es un arte que nos hace vivir mejor y nos proporciona bienestar y relajación, especialmente en tiempos poco apacibles. Como darte cuenta de que las semillas que sembraste la semana pasada están germinando, o que los esquejes que te dio la abuela han arraigado. Es tiempo de llenar la casa de plantas y, lo mejor de todo, es que no necesitas un jardín —¡ni siquiera un balcón!— para disfrutar de ellas. Tu pequeño vergel urbano se encuentra tan solo a unas macetas y esquejes de distancia.
Para devolverte esos pequeños placeres, y aunar belleza y sostenibilidad, IKEA se ha vuelto a aliar con emprendedores sociales de todo el mundo. El resultado ha sido BOTANISK: una colección fabricada a mano que añade diversión al cultivo de tu propio jardín zen de interior, a la vez que crea puestos de trabajo. Tras esta colección hecha a mano se esconde un trío de diseñadores de IKEA; sin embargo, no habría producto alguno sin los 5.600 habilidosos artesanos de la India, Tailandia, Jordania y Rumanía que los han realizado.
La colección sale a la venta el 3 de junio. Además, IKEA ha lanzado nuevas tarifas de paquetería, por lo que, si prefieres no ir a la tienda o te resulta más cómodo, lo puedes comprar online y recibirlo en casa o en cualquiera de los 2000 puntos de entrega desde 4€.
BOTANISK es una colección de macetas, cestas y mucho más fabricadas a mano. La delicadeza y belleza de estas piezas son una muestra de que semillas de la esperanza están brotando. No solamente de la siembra y el cultivo en macetas, sino también de los miles de puestos de trabajo creados para las personas que más los necesitan.
Fabricada con materiales táctiles como el yute, un algodón de mejor calidad y fibra de plátano, BOTANISK se ha diseñado para hacer de la jardinería urbana algo divertido, funcional y precioso. Al igual que los colores, los materiales se han escogido de forma que reflejen la temática botánica. Son artículos que no decoran tu hogar y son prácticos; también son agradables al tacto y al uso, y no solo eso: contribuyen a mejorar el mundo.
La colección BOTANISK se ha creado en estrecha colaboración con seis emprendedores sociales de todo el mundo, cuyas ideas empresariales se basan en crear puestos de trabajo en las regiones donde más se necesitan. A través de estas asociaciones, IKEA no solo tiene la oportunidad de contribuir a crear empleo, sino también al empoderamiento femenino.
Además, la colección aprovecha las habilidades manuales de los artesanos y crear belleza a partir de materiales naturales y de fuentes sostenibles. Por ejemplo, la alfombra BOTANISK ha sido tejida en plano con hilos fabricados a partir de restos de la producción de fibra de plátano.
Escuchamos a algunas de las artesanas que han contribuido a crear BOTANISK: «En Siria era esteticista. Bordar se parece mucho a maquillar. Es una forma de arte que requiere paciencia y un pulso firme», cuenta Abeer Almnajed, costurera de Jordania.
Cuando Abeer y su familia huyeron de la capital de Siria, Damasco, hace siete años, esperaban que fuera algo temporal. No pasa un solo día sin que ella eche de menos su preciosa casa con su enorme terraza y la vida que tenían antes de la guerra. Sin embargo, trata de mirar hacia el futuro, por el bien de sus hijos. Trabajar para la Jordan River Foundation es dar un paso más por un futuro mejor.
De la corteza del bananero a tu casa
«Yo no lo sabía, pero un bananero solamente da fruto una vez antes de morir. Usar la corteza es una forma brillante de utilizar algo que, de lo contrario, acabaría siendo un residuo; eso sin mencionar el fantástico resultado que se obtiene», explica Friso Wiersma, diseñador de IKEA. Hay mucho que decir sobre las ventajas de utilizar fibras vegetales en la producción de la colección. Pongamos como ejemplo la fibra de plátano, utilizada en varios artículos de BOTANISK, como la alfombra tejida a mano y los maceteros con asas.
«Lo ideal para mí sería conseguir un puesto donde pudiera dar empleo a cien personas y ayudar a otros a llegar donde yo estoy hoy», cuenta Kavitha Nagaraj, tejedora de cestas de India.
Hace menos de un año, Kavitha no había tejido nada en su vida, menos aún una cesta con corteza de bananero. Desde entonces, ha aprendido todas las partes del proceso de tejido y ahora es responsable del control de calidad en el centro de producción de Industree en Madurai. Obtener ingresos hace que la vida diaria sea un poco menos estresante y le da la oportunidad —tanto a ella como a su marido— de enviar a sus dos hijos a una buena escuela. Actualmente, Industree Craft genera puestos de trabajo para cerca de 1050 empleados, de los cuales 950 son mujeres tejedoras de cestas, un número que no para de crecer.

















