
Manualidades DIY
¡Muy fácil! Cómo hacer plastilina casera paso a paso
La plastilina mejora un montón la concentración y la creatividad del pequeño. Hemos encontrado una receta DIY facilísima y perfecta para hacer con niños. ¡Plastilina casera para todos!
Las manualidades pueden ser un método muy divertido para aprender un montón de cosas. Cuando el niño se pone a recortar o a modelar, siente que forma parte de lo que está creando, disfruta de la sensación de hacerlo y se siente capaz por sí mismo. Por ello solemos decir que la creatividad infantil no está asociada al resultado final si no al camino que elige el niño para poder llegar a ese final.
Es por este motivo, que nuestra reacción ante sus creaciones debe ser siempre muy positiva y constructiva.
Aunque la tenemos concebida como un material de entretenimiento con el que es súper fácil jugar y con el que los niños se lo pasan en grande, lo cierto es que la plastilina tiene un montón de beneficios para su desarrollo mental y motriz.
Si damos una pequeña pelota de plastilina a nuestro pequeño, tardará poco en empezar a moldearla a su antojo y a imaginarse figuras que empezará a construir con la pelota. Y es que, modelar es una actividad creativa, estimulante y muy divertida.
Pero, la plastilina tiene otros múltiples beneficios para los niños. Por ejemplo, será perfecta para enseñar toda la gama de colores mezclando unos con otros y observando cómo, por arte de magia, se convierte en un color totalmente diferente después de hacer la mezcla. También valdrá perfectamente para enseñar los conceptos de grande y pequeño con ayuda de unas cuentas bolitas de esta divertida masa.
Además, será un método perfecto para empezar a estimular su concepción espacial y será perfecta para desarrollar su capacidad motriz: al tener que modelar con las manos, irán adquiriendo mucha habilidad, fuerza y destreza en sus dedos, que después les será de gran ayuda a la hora de aprender a escribir.
Por otro lado, mejora la concentración y la relajación. La primera está relacionada con el gran esfuerzo que hacen al modelar figuritas con plastilina. Se olvidan de todo lo que está a su alrededor y se centran en una sola tarea. La segunda, por su parte, se relaciona con que puede tranquilizarle en algún momento de nervios y por ello también se recomienda para niños inquietos o, incluso, hiperactivos.
Hemos encontrado una receta super sencilla para hacer plastilina casera de todos los colores que se os ocurran y queremos compartirla con todos vosotros. ¡Eso sí! No olvidéis estar con el niño durante todo el proceso de creación.

Esta manualidad es muy fácil y solo necesitarás cosas que seguro tienes en casa: un bol, un vaso, un cuchara sopera, harina, aceite, agua y colorante alimenticio.

Ponemos más o menos 60 cl de agua en el vaso y añadimos colorante al gusto.

Hay que tener en cuenta que el color que tendrá nuestra plastilina finalmente será mucho más claro que el color que tenga el agua con el colorante.

En el bol echamos cinco cucharadas soperas de harina y una de aceite y mezclamos bien.

Añadimos poco a poco el agua con el colorante y vamos amasando poco a poco. Al principio la masa queda muy pegajosa pero a medida que vayamos amasando se va soltando y haciendo más densa.

Saca la masa del bol y amásala en tus manos. Puedes ayudarte de una superficie plana, como una encimera o una mesa. Si ves que la masa no deja de estar pegajosa ve añadiendo más harina hasta conseguir que no se quede pegado a tus manos.

Como ves, este DIY es tan fácil de hacer que no tardarás nada en tener tu plastilina casera lista. Repite el procedimiento con tantos colores como quieras ¡y a jugar!