7 cosas por las que nos chifla el fin de semana
El fin de semana permite a la familia estar junta y hacer lo que quiera: descansar, hacer un plan especial o disfrutar de lo cotidiano sin prisas.

2 días para disfrutar en familia
Sábado o domingo, da igual. Tu hijo se despierta antes que tú. Escuchas cómo va al baño. Luego no vuelve a su cama, sino a la grande. La cama segura en la que nada malo puede pasar y en la que, además, el día puede empezar con cosquillas. Un momento que de convertirse en rutina recordarán siempre… Y nosotros también.

Prohibido decir "vamos" o "corre"
En estos dos días no hay por qué escuchar las palabras “vamos”, “corre” o “llegamos tarde”, esas que aderezan tantas de las actividades que realizamos juntos durante el resto de la semana.Habitualmente vamos con prisas y nuestros hijos también. Podemos soportar grandes cantidades de estrés siempre que en algún momento habilitemos un espacio y un tiempo para relajar y soltarlo. Ese tiempo es el fin de semana.Compartir dos días pausados es dar a nuestros hijos la oportunidad de conocer y experimentar otra forma de estar en el mundo. Aunque solo sea dos días por semana, permitíos movernos sin prisas, conectados con la cadencia de un ritmo más natural.

Desayunamos todos juntos
Con pan calentito, una bandeja de ricos alimentos sobre la mesa, buen humor y tiempo por delante.Para disfrutar de un verdadero desayuno en familia es importante implicar a los niños en la elaboración (¿preparas el queso, llevas los cubiertos?) y serán realmente irresistible si contiene algún alimento especial que solo aparezca ese día.

Podemos pasear y jugar con calma
Desperezarnos por la mañana, respirar entre cada bocado, cantar mientras cambiamos un pañal, jugar mientras les ponemos la ropa (o invertir media hora en que se la pongan ellos), atravesar la calle despacio, paseando sin dirección concreta o apuntarnos a un plan espontáneo.Relajarnos no quiere decir pasar el día tumbados. El fin de semana puede estar cargado de planes… que hacemos sin prisas.

Hay tiempo para charlar en la comida
Hoy tenemos más de 30 minutos para comer. Además, estamos juntos. Es un buen momento para conversar (la tele, en este caso, no debería estar encendida), reírnos y ponernos al día de lo que ocurre en la vida de cada uno.Nos sorprenderá el resultado de crear ese espacio de comunicación, en lugar de dar por sentado que cuando alguien tenga algo importante que decir, lo dirá.

Los amigos vienen a casa
Y los amigos también pueden venir a casa o ir nosotros a la suya. Podemos preparar el bizcocho más especial (de chocolate) e invitarles. Los niños juntos se lo pasarán en grande y nosotros haremos lo mismo con los padres.Solo hay que dejar claro, para que la próxima vez no nos lo pensemos dos veces, que cuando nos separemos las cosas han de quedar donde estaban.

Otra forma de contar el cuento
No es que vaya a haber fuegos artificiales, pero el cuento de buenas noche puede ser más especial si va acompañado de una marioneta, si lo cuentan papá y mamá a dos voces o va acompañado de banda sonora, mejor.Algo que haga especial incluso este final de día (si es el cuento de buenas noches) y que no deje espacio para entristecerse porque acaba. Una promesa de felicidad para el próximo fin de semana.