Cómo motivarle a hacer ejercicio
Todos los padres queremos que nuestro hijo haga deporte. ¿Sabemos qué debemos hacer para motivarle? Claves para animarle:
El ejercicio tiene que ser divertido y promover la conexión familiar y una actitud positiva ante el esfuerzo. Aquí van algunas claves:
- Los niños solo quieren hacer cosas importantes. La mejor recompensa para ellos es que les prestemos atención y valoremos lo que hacen.
- Respetar sus gustos. Puede que nunca quiera montar en bici, pero sí jugar con el balón. Démosles opciones, y observemos cuáles son sus capacidades y tendencias.
- Los retos, adaptados a su desarrollo evolutivo. Si no puede subir los escalones con las piernas alternas, es imposible que salte a la pata coja, insistir solo logrará frustrarle.
- Implícate. ¿Cuántas veces les llevamos al parque «para que se desfoguen» y nosotros nos quedamos charlando con otros padres? Sí, necesitamos estar con adultos, pero deberíamos reservar siempre un hueco para los niños. Porque el tiempo de juego compartido es muy escaso, crecen muy rápido y necesitan nuestra motivación.
- Cuidado con lo que decimos. «Venga, que siempre eres el último», «La pelota no es lo suyo»... Así conseguimos que el niño renuncie a intentar ciertas cosas de antemano. Lo mismo pasa con los elogios exagerados: le hacen dependiente de nuestra aprobación. En vez de un «Muy bien», ¿qué tal un «¡Esta vez lo has hecho más rápido!», o «¡Lo has conseguido, con lo difícil que es!».
- Cada uno tiene su meta personal. Si se tira del tobogán a la primera, su objetivo será subir a otro más alto. Y si no es capaz de subir las escaleras, su meta es ir escalando un poquito más cada día.
¿Y si no le sale?
Todos tenemos nuestras cualidades, y conseguir lo que se nos da peor es solo cuestión de práctica. Fomentar en tu hijo aquello para lo que tiene facilidad no implica dejar de trabajar el resto. Siempre sin presión.
Los niños pueden hacer comentarios muy duros. Procuremos hacerles ver que las opiniones son solo opiniones, y destacar lo positivo. «Veo que has decidido ser prudente» suena mucho mejor que «eres un miedoso». La tortuga camina despacio pero segura, porque tiene claro su camino hacia el mar. Es perseverante y constante.