Consejos para que tus hijos pequeños disfruten de su primera visita a un museo
Los espacios museísticos sí se pueden visitar con peques por mucho que haya quien no lo crea; la clave, eso sí, es tener en cuenta una serie de factores.
¿Estás pensando en llevar a tu hijo o hija por primera vez en su vida a un museo? Si la idea se te ha pasado por la cabeza es que le ves preparado para ello, así que nuestro consejo es que lo hagas porque no tienes nada que perder y sí mucho que disfrutar y aprender para futuras ocasiones.
Así que, ya sea porque ha mostrado interés en alguna temática en concreto, porque lo ha tocado aunque sea de refilón en algún proyecto escolar o simplemente porque es un peque muy curioso, te animamos encarecidamente a que le abras una puerta más a dicha curiosidad, seguramente una de las mejores herencias que se pueden pasar de padres a hijos.
Lógicamente, como todo plan con niños, ir a un museo con ellos tiene sus limitaciones, pero no hay nada que sea un impedimento para ejecutar al plan. Lo único que conviene hacer es tener en cuenta una serie de consejos a la hora de planear y disfrutar de la visita al museo. Son los siguientes:
Elegir museo en función de sus gustos y edad
La edad de los niños es importante porque es un filtro para escoger a qué museo llevarle, pero todavía lo son más sus gustos personales, esos que asoman mucho antes de lo que nos creemos cuando no tenemos hijos. Es cuestión de estar atentos, dedicarles tiempo y conocerlos.
Preparar la visita con antelación
La visita ha de ser lo más divertida y entretenida posible y eso pasa por prepararla muy bien con anterioridad. Así podréis acotar la visita al tiempo máximo recomendado, reservar algún tipo de actividad infantil o pensar determinados juegos compatibles con el contexto de los museos para que su experiencia sea lo más satisfactoria posible (y también la vuestra).
Duración
Mejor cortita y quedaros con ganas de más que abusar del reloj. Este es nuestro consejo para una visita con niños a un museo, y más si es la primera vez. Se trata de que disfruten, de que el sabor de boca que les deje sea tan bueno que quieran repetir en el futuro y eso pasa, entre otras cosas, por no aburrirles ni cansarles mentalmente.
Comprar la entrada con antelación
Todo el tiempo que podáis ahorrar es tiempo que ganáis para la visita, que es el que vale de verdad, así que es una muy buena idea comprar las entradas desde casa para ir a tiro hecho y evitar posibles colas, especialmente si vais a visitar el museo en fin de semana.
Actividades y herramientas para peques
Son muchos los museos que tienen en mente a los niños y niñas y por eso preparan actividades especialmente diseñadas para ellos fuera del horario escolar. Por ello, siempre que preparéis una visita a un museo con peques es altamente recomendable consultar en su página web oficial qué programación infantil ofrecen.
Explicar las normas
La comunicación es clave una vez más. Explicadle dónde vais a ir, qué va a encontrar y qué normas deben cumplir todas las personas que visitan un museo. Tendréis que recordárselo una vez lleguéis y durante la visita, pero la anticipación siempre suma.
Hablarles sobre lo que van a encontrar antes
A buen seguro habréis elegido museo porque consideráis que ofrece algún gancho que puede mejorar la experiencia para vuestro hijo así que explotad dicho gancho desde días antes de acudir al museo. Es posible que hayan hecho alguna referencia en clase a un artista, que hayan trabajado un proyecto en torno a alguna temática con cabida en los museos -por ejemplo, la prehistoria- o que en sus dibujos y cuentos favoritas se incluyan guiños que conectan con lo que veréis en el museo. Si es así, aprovechadlo para motivar a vuestro hijo o hija con la visita.
Juegos
No todos los museos permiten según qué cosas, pero hay determinados juegos de dinámica sencilla que desarrollados en un ambiente controlado y de máximo respeto por el resto de visitantes son ideales para cualquier visita a un museo con niños, no solo para la primera. Es el caso de llevar papel y lápices para que reinterpreten obras que tienen delante, o de proponerles el reto de buscar una determinada figura en la exposición del museo -animales, por ejemplo-. También podéis jugar al ‘veo, veo’ con ellos en caso de que hayáis escogido una pinacoteca o, si tienen edad y capacidad para ello, proponedles alguna actividad que fomente su imaginación, como por ejemplo que le pongan su título a la obra o que intenten adivinar su contexto.
Respetar su ritmo
Es esencial durante la visita no solo que sea de duración reducida, sino que también incluya descansos. La ambición de la visita no debe ser abarcar mucho sino disfrutar lo abarcado, aunque sea una parte muy reducida de la exposición del museo. Como hemos dicho antes, es fundamental despertar su curiosidad y su motivación por repetir la actividad. Por ello, hay que respetar el ritmo de los peques.
Aprende y mejora la experiencia para el futur
Como cualquier otro plan nuevo que probéis en familia, la primera vez dejará muchos aprendizajes que podréis aplicar para futuros planes similares, así que tomad nota mental de cómo ha ido la primera visita a un museo con vuestro hijo o hija y tratad de que la siguiente sea todavía mejor.