Ser Padres

Trucos para ser más eficiente en el día a día

Hay un término medio muy amplio entre la disciplina militar y la dejadez total en el que buscar y encontrar el equilibrio personal y de la unidad familiar.

¿No te da la vida? Tienes hijos, quieres comer de forma saludable, trabajas a tiempo completo y la casa demanda cuidados y atención. Y te encantaría disponer de un momento al día para ti en exclusiva. Estamos en el mismo barco. Y por eso vamos a compartir algunas ideas esenciales que pueden ayudarte a ser más eficiente en el día a día para conseguir lo que deseas.

La diferencia entre organizarse en el trabajo y en casa, si hay peques, es que en el primer ambiente cada uno se organiza como quiere porque no hay nadie que dependa de ello si las tareas se hacen. Pero en casa hay que coordinarse en familia, no queda otra.

Para encontrar el equilibrio deseado, teniendo en cuenta que puede pasar tiempo en dar con la tecla, el punto de partida es entender que existe un término medio entre la vida militar y la improvisación total, y que este espacio intermedio es además muy amplio; te puedes mover con libertad hasta encontrar tu punto de equilibrio y que también hagan lo propio el resto de miembros de tu familia. Por supuesto, para ello todos tienen que estar dispuestos a que así sea, sobre todo los adultos.

Dicho esto, a partir de aquí, para moverte con soltura en ese espacio donde encontrar el equilibrio personal más allá del trabajo, hay algunos consejos que pueden resultar muy eficaces.

Objetivos realistas

Es el primero de la lista porque los seres humanos tendemos a agobiarnos porque solo vemos una montaña frente a nosotros. Hay que ponerse objetivos alcanzables, pequeñas metas que tengan un sentido progresivo. Si lo quieres todo para mañana probablemente estés pensando en una utopía que, en cuando veas que ni siquiera está cerca de la realidad, te invadirán los sentimientos negativos.

Planificación diaria/semanal

Este consejo es un clásico pero no podemos malentenderlo. Planificar no es llevarlo todo cuadriculado y ser rígido salvo que tu personalidad te pida serlo. Planificar significa ser más efectivo a partir de una mínima organización. Puede ser una lista de tareas diaria personal hecha a mano, en el bloc de notas o en una hoja en blanco en Word si tienes el ordenador todo el día encendido, qué más da. Lo importante es que te ayude. Y al mismo tiempo es aconsejable disponer de una agenda o calendario familiar para que no haya eventos que nos pillen por sorpresa. En dicho calendario podéis dejar un espacio libre para repartir tareas o compartir mensajes claves para la organización del grupo. Que luego en el WhatsApp muchos caen en el olvido...

Delega

En abuelos, tíos y amigos si es necesario de forma puntual, pero también en los propios niños. Desde pequeños es aconsejable meterlos en la dinámica de la casa fomentando su autonomía y su responsabilidad individual. Y si no llegas, uno o varios días, no tengas vergüenza por pedir ayuda porque es lo más saludable del mundo.

Apóyate en las nuevas tecnologías

Hay tareas que se pueden hacer desde casa para ahorrar tiempo. Por ejemplo, hacer la compra. Ojo, no significa esto que tenga que ser siempre así, pero sí que contemples la posibilidad como recurso puntual para esos días o semanas donde el reloj no da para más y hay otras tareas a las que no se puede renunciar.

Haz batch cooking

De verdad, hazlo. O mejor dicho, hacedlo. 2 horas el fin de semana, entre todos, para que sea más ameno y educativo para los peques, mejor que sobre la marcha una hora cada tarde metidos en la cocina, generalmente sin ayuda porque los niños están cansados del cole, y muchas veces sin saber qué darles de cenar. Es el invento del siglo para ser más eficientes en el día a día y no renunciar a una alimentación saludable.

Dejar preparado todo para el día siguiente

Por las tardes noches estás más vivo, más despierto y la presión del reloj no existe, de modo que es un consejo infalible dejar todo preparado el día anterior para no llegar tarde. Si podéis, también la lista de tareas del día siguiente, no solo la ropa o la mesa del desayuno, por citar dos ejemplos.

Descanso y tiempo de relax

La eficiencia es sostenible en el tiempo cuando uno cuida su cuerpo y su mente a diario. De lo contrario, las probabilidades de estallar aumentan, al igual que lo hacen las de dejarse llevar. Por eso, es fundamental no quitarle, salvo excepciones, tiempo al descanso -ajusta tu horario al de los niños si son pequeños- y es sagrado dedicar unos minutos al día a aquello que os ayude a desconectar. Ya no hablamos de hacer deporte, que también, sino de dedicar 10, 15 ó 30 minutos a vuestra rutina de belleza, a daros una ducha o un baño de los que reconfortan o a hacer vuestros estiramientos y ejercicios de relajación. Tendemos a eliminar esta variable de la ecuación muy rápido y en realidad es la única que debería ser innegociable.

Autorrevisión

De vez en cuando, el fin de semana o por la noche antes de dormir, dedicad cinco minutos a revisar la rutina diario de la casa y del grupo e identificar aquello que no está funcionando bien. Sea lo que sea. Habladlo en grupo y tomad una decisión que os permita cambiar aquello que falla para ser más eficientes. Esto es aplicable también a nivel individual.

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